Es parte del drama del Valencia CF: un jugador de 20 años recién salido del cascarón, Carlos Soler, fue de nuevo el mejor del equipo en el partido de Copa ante el Celta, como en la última cita copera ante el Leganés. Aunque en esta ocasión no pudo evitar el desastre, ya muy avanzado (0-3), cuando el chaval entró tras la reanudación. El Celta, con la colaboración arbitral, mostró todas las carencias del Valencia, ayer un flan en defensa, y deja sentenciada la eliminatoria de octavos de final. Prandelli ha dejado el equipo hecho unos zorros, con media plantilla lesionada, y Voro poco pudo hacer nada anoche para recuperarlo anímicamente. Mestalla, harta de tanto engaño, se revolvió contra el palco y le dedicó una pañolada. A Lim ya no se lo cree nadie.

Estrada Fernández se unió a la escabechina desde el minuto 2. En vez de descubrir el engaño del Tucu Hernández, que arrastró la pierna y se dejó caer (simulación merecedora de amarilla), el árbitro dudó y pitó penalti. La duda venía de la gestualidad culpable de los zagueros blanquinegros, unos pardillos de primera. El central debutante, Javi Jiménez, había entrado con demasiado ímpetu, pero encogió la pierna en el último momento sin tocar al Tucu. El penalti, transformado por Iago Aspas, metió al Valencia en un pozo sin fondo. Lo advirtió el Celta, que aceleró en los siguientes minutos. Una conducción alocada de Cancelo, que debería jugar lo más lejos posible de su propia área, propició el segundo tanto, un rebote de Javi Jiménez tras disparo de Bongonda. Para rematar al Valencia, el árbitro no vio el fuera de juego en el centro de Aspas rematado por Waas, otro error defensivo de Cancelo. La zaga de circunstancias de Voro (Cancelo, Javi Jiménez, Mario Suárez y Siqueira) pagó las deficiencias que se le podrían suponer. La media, con un Enzo Pérez fuera de lugar, tampoco pudo con Waas, Radoja, Marcelo y Hernández.

La entrada de Carlos Soler equilibró el centro del campo y formó una pareja esperanzadora con Parejo. Rodrigo aprovechó una mala entrega visitante para regatear al portero Sergio, que lo derribó dentro del área. Los valencianistas pedían la roja, pero el árbitro en esta ocasión tenía razón: era amarilla porque, si el defensor disputa el balón dentro del área, es amarilla. Volcado el Valencia, el Celta lanzó una contra que hurgó en la tremenda blandura defensiva del conjunto de Voro. Marcó Guidetti a pase de Bongonda, otra vez mal defendido por Cancelo. Ya no hay ninguna duda: Mestalla es un clamor contra Lim