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«Se me machacó injustamente tras la final de París»

«Cúper me dijo 3 días antes que iba a ser titular. La clave fue el gol del Madrid en el 41. Si llegamos al descanso 0-0...»

¿La oportunidad de la que me habla fue la final de la Liga de Campeones ante el Real Madrid?

Yo tuve la suerte que el entrenador de porteros, Eduardo Basigalup, confiaba mucho en mí. Me veía entrenar en solitario todas las tardes. Habló con Héctor Cúper. Teníamos el problema de que Carboni no podía jugar por tarjetas. Una injusticia. Y Cúper me dijo tres días antes de la final que iba a ser titular. Yo me fui preparando a conciencia para ese partido, porque sabía que el ritmo de competición a los entrenamientos iba a ser distinto. Cúper podía optar por Björklund o por mí, y al final mantuvo su palabra.

¡Vaya palo esa final!

La final al empezamos bien. Recuerdo que en los primeros minutos dominamos, y que tuvimos algún contragolpe para marcar. Nosotros éramos los favoritos por todo lo que habíamos hecho, incluso el Madrid cambió su sistema de juego habitual, pero el gol de Morientes al filo del descanso fue decisivo. Si hubiéramos llegado al descanso con 0-0, cuidado. Fue la clave del partido. La derrota dolió mucho. Al año siguiente aún fue más trágico.

¿Aquella final le marcó?

Sí. Me marcó muchísimo. Siempre se me machacó injustamente. Era mucho más fácil machacar al que menos nombre tenía. Me metieron por todos lados. Pero me repuse y los números están ahí. Luego jugué 9 años en Primera.

Nadie dijo que iba a ser fácil...

Aquello fue de una ayuda tremenda en mi carrera. En el fútbol los elegidos son muy pocos. Raúl, Xavi, Iniesta... Hay muchos currantes de la profesión que tienen que trabajar y superarse para poder estar ahí. Yo he jugado más de 600 partidos, 250 en Primera división. Tras aquella final, me fui al Málaga, ganamos la Intertoto al Villarreal, marqué de falta ese día, volvimos a Europa.... Jugué en Osasuna, la Real de Bakero, el Córdoba, el Logroñés... Y en eso sigo.

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