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La pizarra

Un digno Valencia

El equipo de Voro ofrece una buena imagen pero la expulsión de Munir le condena

Un digno Valencia

El Valencia compitió ayer hasta el final. Esa es la mejor noticia del partido ante Las Palmas. El resultado de 3-1 no refleja lo visto en noventa minutos. No hubo tanta desigualdad entre ambos equipos. Porque el conjunto de Voro, ayer un digno Valencia pese a la derrota, fue víctima de la injusta expulsión de Munir que condicionó el desarrollo del partido. El Valencia perdió por detalles puntuales del partido. Desde una expulsión a detalles de calidad del rival como el gol de Viera o el de Lemos. En el global, el Valencia estuvo a la altura de las exigencias. Estas son las claves del partido:

Una primera mitad muy táctica, con dominio de Las Palmas, pero el Valencia sorprende al contragolpe

La primera mitad fue muy táctica. Y jugada a un ritmo lento. Pausado. La UD Las Palmas llevó la iniciativa del juego desde la posesión del balón, mientras que el Valencia se replegaba atrás y acumulaba hombres en el centro del campo, a la espera de que la presión permitiera la recuperación del balón y un rápido contragolpe con el que sorprender a la adelantada defensa rival. La imagen del equipo de Voro era muy buena, estaba realizando un partido completo, y en una de esas acciones relámpago llegó el gol de Santi Mina. Fue Gayà quien logró romper por la banda izquierda y su centro al área acabó en la red de Javi Varas después de un preciso remate de Mina. El partido se desarrollaba con el guión que había previsto Voro para el mismo. El plan se ejecutaba a la perfección.

El Valencia se muestra complaciente y permite el empate

Con ventaja en el marcador, el Valencia replegó todavía más sus filas. El centro del campo, con Parejo y Carlos Soler no estaba a la altura de otros envites, mientras que Enzo Pérez volvía a ofrecer una de cal y otra de arena. La presión de los hombres de arriba, como la de Mina, Munir e incluso Nani debía de ser clave para ayudar al centro del campo en la recuperación. Porque los balones no llegaban arriba y el contragolpe volvía a ser la mejor de las armas para el Valencia. Las Palmas, por su parte, tocaba muy bien el balón en el círculo central. Quizás para mi gusto la posesión era un tanto estéril y faltaba algo de profundidad. Porque ocasiones cerca del área de Alves tampoco se vieron. Con Roque Mesa y Vicente, las ayudas de las bandas „Viera„, y Boateng jugando de falso «nueve» y con libertad de movimientos, el conjunto de Quique Setién comenzaba a disfrutar de las primeras ocasiones de gol, de las que había adolecido en los primeros veinte minutos. Tanto Vicente como Boateng avisaron del peligro que llevan en sus botas. Son buenos futbolistas. En los instantes finales del primer tiempo, Viera se aprovechó de la complacencia defensiva del Valencia, sobre todo porque ni Cancelo ni Garay estuvieron atentos para evitar el disparo del jugador canario, y el exvalencianista sorprendió a Alves para establecer el empate en el marcador.

Llega la expulsión de Munir, decisiva para la suerte final

La expulsión de Munir en la reanudación condicionó el desarrollo del partido. El árbitro, Jaime Latre, no estuvo acertado porque la primera amarilla al delantero del Valencia sobró y con la roja estaba muy claro que el encuentro iba a tomar otro cariz. Más y cuando Lemos adelantó a su equipo al marcar un auténtico golazo de falta directa. El central de Las Palmas es un futbolista de mucha calidad, uno de esos jugadores para tener muy en cuenta. Su lanzamiento fue inapelable. Alves no pudo hacer nada para evitar que el 2-1 subiera al marcador. Bajo estos parámetros, estaba claro que el Valencia tenía muy complicado una remontada.

Un error de Mangala es la sentencia, pero el Valencia muere de pie

La sentencia llegó enseguida. Un fallo de Mangala „había tenido una actuación impecable„, acabó en el 3-1 de Boateng. La acción es injustificable. Más que un resbalón del defensa del Valencia fue un fallo en el despeje que aprovechó el jugador de Las Palmas para marcar casi a placer. Parecía que el equipo de Setién iba a ser muy superior con un hombre más en el campo, pero aún así, el Valencia no le perdió la cara al partido y buscó recortar distancias en inferioridad. La entrada de Zaza al campo le dio otra magnitud al juego del conjunto valencianista porque el italiano dejó buenos detalles de calidad. Incluso el propio Zaza, y Mangala de cabeza, pudieron marcar. Pero faltó una pizca de suerte. El Valencia murió de pie.

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