A sus 31 años y 4 días, Fabián Orellana colma su trayectoria profesional con su fichaje por el Valencia. Una oportunidad para la que está incluso dispuesto a superar la etiqueta de jugador rebelde, de carácter volcánico, que le ha acompañado tanto como el elogio a su fino regate: «Con mis amigos me llevo bien, no me gusta pelear», señaló ayer, medio irónicamente, cuando se le preguntó por su polémica salida del Celta de Vigo tras enfrentarse a su entrenador, Toto Berizzo. El internacional chileno trató de darle un punto de normalidad a las leyendas que afirman que ha chocado con la mayoría de técnicos que lo han dirigido: «Se me etiqueta de conflictivo, pero la gente no me conoce. No puedo caerle bien a todo el mundo», señaló, justo después de no profundizar sobre la controversia con Berizzo. «Es pasado».

En las palabras de Orellana hacia el Valencia se desprendía el respeto a un club con poso de prestigio pese a su actual contexto inquietante. «Tuve muchas ofertas de equipos de España y de fuera. Cuando me enteré del ofrecimiento del Valencia, esta propuesta fue mi prioridad. No dudé. Hablé con mi representante y se lo dije. Fue lo primero y lo último», señaló el internacional chileno. «Si salía del Celta era para jugar en un club como el Valencia». Un deseo que superaba a ofertas de mayor cuantía económica, venidas de Turquía: «A veces no prima lo económico y sí lo deportivo». El momento futbolístico del Valencia dista de ser boyante, pero Orellana detecta síntomas de recuperación: «El equipo lo ha hecho bastante bien en los últimos partidos. Hay que mantener esa línea e intentaré aportar lo máximo que pueda. Trataré de dar asistencias porque esto lo tenemos que sacar todos juntos y no sólo un jugador», continuó.

Orellana, que lucirá el dorsal 15, asegura que se siente en óptimas condiciones físicas para debutar este sábado en Mestalla contra el Eibar: «Me encuentro bien. Mañana entrenaré con el grupo y luego vendrán las decisiones técnicas. Aunque sean diez minutos, intentaré aportar todo lo que pueda». La demarcación en la que le toque jugar es lo de menos, ya que lo que importa es contar con oportunidades: «Me da igual la posición en la que juegue. Me gusta jugar arriba, pero me da igual. No tengo una posición que me acomode más que otra: lo que quiero es jugar».

La adaptación al Valencia se acelerará al coincidir con Santi Mina, al que apodó como Pichón cuando coincidieron en el Celta y por el que siente debilidad: «Es muy trabajador, muy humilde. Es un chico especial al que le tomé mucho cariño. Como yo le ayudé en Vigo, él me ayudará aquí».