­­¿Cómo se ha precipitado su adiós como embajador del Valencia?

Como embajador mundial (ríe). El contrato se me acababa el 19 de diciembre. Se terminó y han decidido no renovarlo. Ha ido así. Se acercó Damià Vidagany a Conneticut ayer mismo, horas antes del encuentro contra el Eibar. Me llevo bárbaro con él, desde siempre. Me dijo que por ser quién soy, no merecía que se comunicase la decisión por teléfono. Vino a casa, comimos, y todo quedó claro.

El club ha argumentado su decisión en la ineficacia de su cargo por la distancia geográfica ¿Le parece una razón válida?

Ellos ya sabían que yo trabajaba acá. Vos no podés ahora argumentar que no puedo ser embajador porque estoy lejos. Si me echan por estar lejos, es una enorme contradicción. Más lejos está todavía Peter Lim. Él debe estar aquí, que se rodee de gente que le sepa aconsejar. Así podrá sacar adelante la situación.

¿Cree que lo que realmente ha molestado al club, o a Peter Lim, ha sido su opinión crítica sobre la actualidad del club?

No sé si le han molestado mis críticas. Pero si les pica, que se rasquen. No puedo estar callado cuando la verdad es tan fea. No puedo, no va conmigo. Quizá hay más gente en Valencia que quiera decir cosas, ser crítico, pero no puede, o no debe, hablar. Yo desde luego no voy a estar callado. Nadie me hace callar por el bien del Valencia.

¿Cree que ha sido una decisión de club, o una iniciativa unilateral de Lim o Layhoon Chan?

Esto no es algo que vaya con Layhoon Chan. Es una buena dirigente, con buen corazón y buenas ideas, aunque su gestión futbolística ha sido lamentable. El dueño la ha abandonado a su suerte, la ha dejado en medio de un circo rodeada de leones.

El club niega que la crisis sea institucional. Afirman que es solo deportiva.

En el Valencia cuando las cosas van bien, todo parece fácil, pero cuando las cosas se ponen rebeldes, pasa de castaño oscuro, y debes saber manejar la situación. Insisto que debes rodearte de gente que te pueda aconsejar con conocimiento sobre el club, y no solo de aquellos que te ríen las gracias y te palmotean la espalda.

¿Tiene solución la temporada? ¿Cree que hay riesgo de descenso?

La clasificación es muy complicada, pero no vamos a descender ni locos. La situación debe mejorar en casa, no se rinde, parece que hay poca paciencia de la gente, y que a los jugadores les pesa el escudo. Más pesaba mi escudo, con nuestra camiseta de la senyera, que era de algodón del duro. Y nos daba igual y ganamos partidos y títulos.

¿Su despido, o no renovación, no es una señal contradictoria con la idea de recuperar a gente de la casa?

El Valencia es un club peculiar, especial. Hasta hace poco cuando acababas como jugador ya no sabías nada del club, se olvidaban de todos. Ahora de a poco al menos les incorporan como entrenadores en la escuela. La figura de Voro es importante, pero ojo...

¿No lo ve capacitado para salvar la campaña?

Una cosa es que se vayan Ayestarán o Prandelli y te den tres partidos. Ahora la papita calentita dura hasta final de temporada. Nadie conoce mejor que él a la plantilla. Sabe hasta dónde pueden llegar, pero sabe que ya no podrá seguir siendo el mejor amigo de los jugadores, como cuando eres delegado. Tendrá que remar y ya veremos cuando acabe el año si quiere ser técnico o vuelve a ser delegado.