Un Valencia condicionado por la fatiga pero también por el conservadurismo, y por la limitación del fondo de armario de su banquillo, cayó derrotado en su visita a Mendizorroza por 2-1. En diez minutos todo se fue por la borda. El conjunto de Voro, que se adelantó sin alardes en el marcador con el tanto de Carlos Soler, se dejó remontar en un tramo final de partido de desastroso saldo, con la expulsión de Fabián Orellana. El tropiezo supone un severo paso atrás de los valencianistas, después de las meritorias victorias contra Athletic y Real Madrid en Mestalla.

Salvo por una ocasión clara de Ibai en el minuto 7, en un cabezazo bien desviado por Alves, el Valencia contuvo con solvencia la atrevida salida del conjunto de Pellegrino. Al Valencia, con Abdennour, Mario Suárez y Carlos Soler como novedades, le costó romper el dominio territorial de los locales, empeñados en usar una presión alta para complicar la salida de pelota de Abdennour. Se echaba en falta que Orellana, más adelantado para sustituir a Nani por la izquierda, entrase más en juego. En el minuto 18 el Valencia envió su primera señal con una llegada desde segunda línea de Carlos Soler para rematar un buen centro de Siqueira al que no llegó Zaza.

A partir de ese instante, el Valencia entró más en contacto con el balón y Parejo asumió el mando de la situación, siempre bien conectado con Soler y Orellana. No abundaron, sin embargo, las ocasiones claras, con Zaza permanentemente vigilado por Laguardia.

La primera parte acabó con una ocasión de Manu García y con asperezas, en un par de amagos de tangana que se tradujeron con tres tarjetas para los locales. Un Mendizorroza lleno despidió con bronca a Melero López, camino de los vestuarios.

El Alavés comenzó el segundo acto atosigando, de nuevo con centros al área por parte de Toquero. En uno de ellos, el capitán alavesista Manu García se avanzó a Abdennour y conectó un disparo a bocajarro, repelido por Alves.

La posesión era ligeramente superior al Valencia, pero resultaba muy difícil progresar hacia arriba, comenzaba a pesar es esfuerzo ante el Madrid. El peligro real corría a cargo del Alavés y Voro decidió fortificar la medular con Enzo Pérez después de que Alves tuviera que sofocar una escapada del recién entrado Sobrino, que retrató en su carrera a Siqueira y Abdennour.

El Valencia reaccionó al susto con el gol del 0-1, en una falta provocada en la frontal por Orellana. Entre Pacheco y el larguero desviaron el disparo potente y colocado de Parejo. Soler, con una intuición innata para saber siempre donde estar, por donde pueden continuar las jugadas, enganchó casi sin ángulo el rechace. Una espléndida volea que ponía por delante al Valencia.

Con ventaja en el marcador, el Valencia tenía la oportunidad de anestesiar lo que quedaba de partido con posesión, y evitar que el Alavés sacara rédito de su impulsivo fútbol vertical. Poco le duró la alegría al Valencia ya que Ibai vio premiada su perseverancia con el gol del empate. El delantero vasco se fabricó el mismo la jugada, en la frontal, con un recorte con el que burló a tres contrarios, antes de ajustar el disparo al palo derecho de Alves.

El gol hacía justicia con los méritos de unos y otros. Pero no era un premio suficiente para el Alavés, más consistente y con mayor determinación. En el minuto 86, Katai, recién entrado, definía de forma placentera ante Alves, en una jugada en la que Cancelo rompió el fuera de juego. La posibilidad de igualar el marcador y sumar algún punto se evaporó con la infantil expulsión de Orellana.