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Entrevista

Planelles: "La cagué al irme del Valencia CF"

El fútbol talentoso y libre de Juan Bautista Planelles (Borriana, 1951) marcó a una generación

Planelles: "La cagué al irme del Valencia CF"

Es una sobremesa tranquila. Juan Bautista Planelles Marco habla de la temporada de la naranja mientras se le escapa la vista hacia el mar. Mezcla con cuidado flan y mantecado en un vaso de cristal. El invento se llama mundo y en el restaurante lo ofrecen como postre típico de Borriana. Planelles lo recomienda. Nadie parece más de aquí que él.

P El pueblo y la playa.

R Yo empecé a jugar al fútbol en la calle, en la playa, en el primer colegio. En los veranos, sobre todo, los niños de Borriana pasábamos muchas horas jugando partidos en el patio de los Salesianos. Salieron muchos futbolistas.

P Destacó en el balonmano.

R Porque a los nueve años me enviaron a estudiar a Valencia, en los dominicos, en el colegio San Vicente Ferrer. Había tradición de balonmano, yo me eduqué en ese deporte más que en el fútbol. Fuimos campeones de España en categoría infantil. Pasé aquellos años interno, pero los dominicos eran de los más liberales. Dejaban salir e incluso fumar a partir de los 15 años, con permiso de los padres, aunque yo no fumé hasta que conocí a los golfos de Madrid.

P ¿Cómo le ficha el Madrid?

R En paralelo al balonmano jugaba partidos de fútbol con el Atlético Burriana. Fuimos a un torneo y quedamos terceros de España, por detrás del Barcelona y del Atlético. De ahí pasé al juvenil del Burriana y un ojeador del Madrid comenzó a seguirme. Nos fichó a mi primo Ramón Corell y a mí. Con 16 años fuimos a Madrid.

P ¿Cómo era aquello?

R Vivíamos en casas particulares, con tutores. Nos tocó una familia de hijos de militares africanos. Un desastre, nadie hacía caso, se jugaba a las cartas todo el día. El único que aprobó el PREU (antiguo curso preparatorio para la universidad) fui yo porque pedí un profesor particular y el Madrid me lo dio.

P ¿Y el fútbol?

R En los primeros meses engordé seis kilos. Mi cuerpo estaba acostumbrado a los veranos en Borriana, a la playa, el fútbol, la natación, la bicicleta, y allí en Madrid primero estábamos, hasta que nos asignaron familia y casa, en una pensión en la Gran Vía. Entrenábamos dos días a la semana y el resto no teníamos mucho que hacer. Cobrábamos 6.500 pesetas al mes y 5.000 eran para la pensión. Ibas al cine y matabas las horas. Al ganar peso perdí velocidad y elasticidad, y fui retrasando la posición. Por suerte tenía técnica y eso me salvó. El primer año fuimos campeones de España juveniles y subí al primer equipo. Era el Madrid que poco antes había sido campeón de Europa solo con españoles: De Felipe, Pirri, Zoco, Velázquez, Amancio, Sanchis... Aún estaba Gento con 36 años.

P Se va cedido al Castellón.

R A los 20 años, mi intención era dejarlo, volver a casa y estudiar. Vi campeones de Europa, ya mayores, que parecían indigentes. El fútbol en aquella época era un poco como el toreo, una opción para quien no tuviera otra salida, pero yo veía que podía estudiar y tener algo más seguro. Fue mi padre, que se dedicaba a la naranja y que sí le gustaba mucho el fútbol, quien me dijo que si quería volver a casa, al menos que jugara en el Castellón, que estaba al lado. Y además a la vez hice la mili. Fue cuando mejor estaba físicamente. Siempre me fue mejor una actividad moderada, no las palizas físicas que nos pegaban. A mí me iba bien la playa. En el Castellón tuve dos años buenos a nivel futbolístico y pude aprobar el acceso a la universidad.

P ¿Qué Castellón se encuentra?

R Babiloni, Figueirido, Cela, Félix, Tonín, Clares, Mendieta, Leandro, Cayuela... En Primera se añade Del Bosque y en la portería Corral. Y con Muller, que para la época era muy buen entrenador. P El ascenso del 72.

R Contra el Mallorca en Castalia. A mí me habían sacado la uña del dedo gordo del pie el viernes y no podía chutar, pero se lesionó Clares y me pusieron de delantero centro. Le dije a Muller que marcaría de cabeza, y así metí el 1-0.

Yo iba muy bien de cabeza, podría haber jugado más de 9, pero esa posición era aburrida. Ese ascenso fue muy celebrado porque el Castellón no estaba en Primera desde la década de los cuarenta.

P ¿Es cierta su fama de no gustarle el fútbol y de ser algo perezoso?

R A mí jugar al fútbol me gustaba, pero verlo me gusta menos. Yo veía partidos porque quería aprender, pero ahora qué importa, ahora me importa una mierda. El mundillo del fútbol en general no me gusta. Me llamaban malfainer, pero yo los días de partido, por la mañana, hacía un entrenamiento personal en playa, antes de comer, porque tenía problemas de espalda.

P ¿Mereció la pena todo el viaje?

R Yo no volvería a ser futbolista. También pasó que no tenía una carrera clara, una vocación. Era de ciencias, pero las matrículas la sacaba en letras. Lo que sé seguro es que no me volvería a ir a Madrid con 16 años, no creo que mereciera la pena.

P Rompió lazos con el fútbol.

R No me interesó ser entrenador ni director deportivo. Escribí artículos de opinión durante casi veinte años. Al principio mis excompañeros no se creían que era yo el que los escribía.

P ¿Es fácil la vida tras la retirada?

R Trabajé en un banco unos años y luego en el Patronat d´Esports. Me licencié en Derecho. Aún tuve suerte de que me tocara la lotería cuando jugaba en el Burriana. Luego del fútbol hay que saber administrar o te vas a la mierda.

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