El mérito de Voro es haberle devuelto al Valencia serenidad y estabilidad en todos los frentes: en la plantilla, en Mestalla e incluso en el club. Aparte de ganar tres partidos seguidos en casa, lo que afianza al equipo definitivamente en Primera, Voro envió anoche un mensaje muy nítido a favor de la cantera. Fue titular Carlos Soler, el mejor junto a Parejo del encuentro, y entraron en la segunda parte el lateral izquierdo Lato (muy eficiente en todo como interior zurdo) y, ya en el descuento, el extremo Nacho Gil. Después de una crisis tan profunda de identidad, Voro ha demostrado con hechos, dándole confianza a Carlos Soler y a Gayà, por dónde puede empezar a recuperarse el espíritu del equipo, por la gente de la casa.

Sumido en una posesión intrascendente en los primeros minutos, Parejo despertó al Valencia con un par de acciones individuales. La primera fue una carrera en vertical salvando líneas de presión con el regate. La segunda, un disparo de falta desde lejísimos que despejó Herrerín en acrobática estirada. De ese córner nació el gol del Valencia. Tras varios rechazos, el cabezazo de Mangala lo salvó el meta cedido por el Athletic, pero ahí estaba el central ffrancés para remachar. Enzo Pérez, muy despistado, estaba en fuera de juego posicional. Podría interpretarse que, cuando cabecea Mangala, Enzo estaba en la trayectoria de la pelota hacia Herrerín y, por tanto, haber sido invalidado el tanto por fuera de juego.

El cuadro de Voro mejoró con el marcador a favor, más seguro con el balón, aunque sin la complicidad arbitral en esta ocasión: Vicandi le perdonó la segunda amarilla al lateral Adrián Marín, que había atropellado a Bakkali. El extremo belga fue la novedad de Voro en la alineación y, bien, aportó ese nervio para agitar al equipo en determinados momentos, aunque también dejó lagunas técnicas.

El Valencia perdió algo de posesión en el arranque de la segunda parte, pero recuperó la elegancia de Carlos Soler. El mediocampista encaró desde la frontal y le tiró un caño monumental al central Siovas. Al disponerse a marcar, Soler disparó mermado por el empujón dentro del área de Rubén Pérez.

El Leganés llenó el encuentro de faltas y no disparó a puerta. El Valencia recurrió a la sociedad Parejo-Carlos Soler para reafirmarse. La chispa de Lato afianzó esa banda izquierda y el Valencia se fue a dormir pensando que con Voro, definitivamente, el equipo puede competir con cualquiera. Gracias, por supuesto, al técnico de l´Alcúdia.