El Valencia no ha competido esta tarde en el Calderón. Se paseó sin nervio ni ritmo, como si no le fuera nada en el partido. Sin ambición. El Atlético goleó con suma facilidad.

El conjunto rojiblanco tendió una trampa al Valencia y el equipo de Voro cayó en ella a plomo. El truco de Simeone era sencillo: el campo y el balón para el Valencia, la recuperación y el contragolpe para el Atlético. Tarcó apenas nueve minutos en cazar la recompensa. Una mala entrega de Parejo y la cacería montada entre koke y Griezmann, culminada por el delantero francés con un disparo cruzado.

El cuadro de Voro fracasó en su ataque posicional. Nadie encontraba su sitio: ni Parejo, ni Soler ni Munir ni Orellana, a pesar de que intercambiaron sus posiciones con cierta frecuencia. Ni un solo disparo entre los tres palos en toda la primera parte. Parejo tuvo un día especialmente espeso, sin el ritmo con el balón para sorprender a los centrocampistas rojiblancos.

Los jugadores de Simeone mordía cada vez que los valencianistas trataban de armar un ataque. Aleccionados por Simeone, los rojiblancos hincharon a faltas a Carlos Soler. El Atlético arrancó el segundo tiempo con una marcha más para sentenciar. Lo logró Gameiro con un disparo desde la frontal repelido por Mangala que acabó en las redes.

El Valencia no disparó a puerta hasta que lo hizo Zaza en el minuto 72, un tiro mordido tras una dejada de Santi Mina, que regresó al equipo una vez superada la lesión de rodilla. A Griezmann le quedaba todavía una bala y el Valencia ni siquiera mostró orgulloso para resistirse a la goleada.