El Valencia ha fichado de forma caprichosa en los dos últimos años, sin rigor alguno, y eso quedó reflejado anoche en el Camp Nou una vez más. Los groseros errores individuales de la defensa echaron tierra en la meritoria puesta en escena del conjunto de Voro, que se atrevió a marcar dos veces en el Camp Nou. Para devolver al Valencia al lugar que le corresponde, Alesanco necesita remodelar la plantilla de arriba abajo, sobre en la parte de atrás. Falló primero Garay en el primer gol de Suárez, se equivocó Mangala en el segundo (le ganó Suárez la espalda y fue expulsado tras cometer penalti) y erró Abdennour en el tercer tanto de Messi. Imposible puntuar así en un campo tan exigente. En la zaga, solo Gayà estuvo a la altura de una cita en la que Carlos Soler, en su primera visita al Camp Nou, dejó su sello de centrocampista total.

Garay tiró por la borda el esfuerzo del Valencia en la primera media hora. Se desentendió de marcar a Suárez cuando se disponía Neymar a sacar un saque de banda. Con la mirada pidió a sus compañeros que siguieran al uruguayo, cuando era él el rival más cercano. Luis Suárez resolvió con clase, con un toque raso al palo largo de Diego Alves, que también falló al enviar ese balón previo fuera del campo con el pie sin presión de nadie.

El Valencia fue valiente y se encontró con una estética volea de Carlos Soler que despejó Ter Stegen. Un envío largo de Diego Alves lanzó en carrerra desde la medular a Munir hacia el portero alemán. El delantero hispano-marroquí se fue al suelo sin necesidad y desperdició el remate. En ese córner, sin embargo, se adelantó el Valencia. El centro de Parejo lo cabeceó en escorzo Mangala (el marcaje de Rakitic era pan comido para la potencia en el salto del central francés).

El cuadro de Voro se defendió con orden y disciplina si no hubiera sido por un Garay renqueante que no podía esprintar, dejando todo el tajo para Mangala. Suárez volvió a pillar a los centrales y el francés vio la roja al agarrar al uruguayo dentro del área. Penalti en contra y uno menos antes del descanso. Todo eran malas noticias salvo ese delicioso pase en profundidad de Carlos Soler a Gayà que el lateral izquierdo envió al centro para el remate a gol de Munir antes del descanso.

Era una tarea titánica aguantar con 10 al Barça toda la segunda parte. Abdennour ocupó la plaza de un intrascedente Orellana y el central tunecino flaqueó al no cerrar con su pierna buena, la izquierda, el disparo con la pierna mala de Messi, la derecha, que marcó por el primer palo de un Alves despistado.

Buen trabajo de los medios

Carlos Soler firmó detalles de futbolista grande. Uno de ellos, un pase corrido a la contra de Munir, que volvió a emborracharse de balón y no vio el pase al centro. El trabajo de los centrocampistas (Enzo Pérez, Parejo y Soler) fue notable, pero había demasiados espacios para jugadores tan talentosos como los culés. Voro tenía la bala de Zaza por si al delantero italiano se le presentaba alguna opción de incordiar a la zaga azulgrana. La esperanza se desvaneció cuando Bakkali, recién salido, no se atrevió a encarar, regaló un centro al área y, en la contra siguiente, André Gomes embocó una majestuosa carrera de Neymar. El Valencia ha recibido 51 goles en contra en 28 jornadas y así es imposible competir.