El Valencia ha dado un paso al frente para luchar contra la creciente problemática de los episodios de violencia que rodean a la figura de los padres en el fútbol base actual. La Academia valencianista visibilizará esa necesidad con la creación de una escuela para «educar» a los progenitores de los jugadores más jóvenes e involucrarles de un modo óptimo en el crecimiento deportivo de sus hijos.

El plan fue anunciado ayer por la nueva estructura de la cantera valencianista, encabezada por el director Luis Vicente Mateo, así como el psicólogo deportivo, de larga trayectoria profesional, José Carrascosa. Los días 18 y 19 de abril están previstas las primeras sesiones, para las cuales se ha convocado a los padres de los niños y niñas que juegan en las formaciones de Fútbol 8. El proyecto, se matiza desde el club, es anterior a la controversia generada por la tumultuaria riña protagonizada por un grupo de padres la semana pasada en un partido de fútbol base en Mallorca, cuyas imágenes han dado la vuelta a Europa. De hecho, las primeras recomendaciones a los padres ya comenzaron a darse al principio de esta temporada.

Ayer, durante la presentación de esta iniciativa, Carrascosa fue tajante sobre la obligatoriedad de «involucrar» a los padres a corregir estas actitudes. «Tenemos que involucrar a los padres. No pueden estar al margen. El contenido de las sesiones se centrará en cómo apoyar de una manera efectiva el desarrollo personal y deportivo de sus hijos».

La actuación no se centra únicamente en la consecuencia última de las agresiones en las gradas, sino que pretende remontarse a todas aquellas actitudes que supongan una injerencia invasiva en el crecimiento deportivo de los jugadores, empezando por los casos clásicos de los padres que corrigen el juego de sus hijos, contraviniendo las órdenes de los entrenadores formadores.

«Aunque sea Messi, fuera»

«Toda la estructura está concienciada», indicó Mateo. «Los mensajes violentos no caben en la Academia. Queremos que los padres entiendan que no deben mandar mensajes negativos porque generan celos y envidias». Mateo expuso un ejemplo práctico de la tolerancia cero que se pretende aplicar en esta iniciativa. El jugador cuyo padre infrinja las normas será expulsado, aunque su nivel sea el de Leo Messi: «O pones una norma o no puedes trabajar. Si un padre manda mensajes negativos a un jugador, su hijo saldrá del club, aunque sea Messi. El Valencia no permite este tipo de actuaciones».

En esa misma línea, Mateo y Carrascosa incidieron en el objetivo de formar personas por encima de todo, ya que el número de jugadores que acaba alcanzando el mundo profesional es muy bajo: «El reto es que cuando el niño deba salir esté preparado para la vida. Estamos orientados como un centro de alto rendimiento, pero también somos un centro educativo», señaló Mateo.

Por su parte, Carrascosa indicó que jugar en el Valencia «supone mucho más que jugar al fútbol, por lo que queremos dar pasos para que la Academia sea un centro educativo».

El club expuso su proyecto de cantera, poco publicitado hasta la fecha, en un vídeo de ocho minutos en el que el nuevo director deportivo, José Ramón Alesanco, asegura que el objetivo principal es primero el de «formar personas», y a continuación, «formar futbolistas». «Fomentamos la educación a través de la competición. Queremos formar personas con hábitos de vida muy saludables que les hagan sientan felices y, luego, jugadores. Les enseñamos las normas básicas del fútbol y les enseñamos también a ser futbolistas». En el vídeo toman protagonismo los jugadores del primer equipo, Carlos Soler y José Luis Gayà, como exponentes del perfil de jugador que se busca.