Un gran espectáculo, por supuesto. Contra tanto prejuicio, el fútbol femenino es imparable y no solo por la mañana festiva en Mestalla (17.000 espectadores), sino por la pura diversión del juego bien practicado. El Valencia arrolló al Levante en un partido excelente en lo individual (Zornoza y Banini a la cabeza) y en lo colectivo (enorme mérito de Cristian Toro). Una muestra de agradecimiento de las futbolistas al club por haberles permitido por fin pisar Mestalla para demostrar cómo sienten el fútbol. El mejor legado de la denostada Layhoon Chan es este. Ningún presidente anterior les dio tanta bola.

El Valencia tomó perfectamente las medidas de Mestalla y aprovechó un campo tan ancho para desarbolar al Levante por las alas. Bajo la dirección de la magnífica zurda de Claudia Zornoza, el equipo de Cristian Toro alternó los ataques por la izquierda (los dos primeros goles) y por la izquierda (los dos siguientes). No dieron tregua. El VCF imprimió un ritmo altísimo en una primera parte primorosa. Muy firme atrás como siempre (la pareja de centrales Ivana-Nicart es una roca), el triángulo del centro del campo (Gaitán, Zornoza y Carol) lanzó la ofensiva de la habilidosa Banini y de las listísimas Aedo y Mari Paz, que compartieron el frente de ataque. La pequeña chilena Aedo, de 1,54 metros, cabeceó con clase los dos primeros tantos locales a sendos centros medidos de Zornoza y Joyce. Las laterales, Débora y Joyce, también se incorporaron con profundidad. De hecho, la velocidad de Débora salpimentó la fiesta valencianista con dos centros desde la línea de fondo rematados primero por Carol, al segundo palo, y después por la cazagoles Mari Paz en el primero.

Tras encajar el 3-0, Adriana Martín, líder del Levante, reunió en el centro del campo a sus compañeras y les pidió un arranque de orgullo. Superadas en la medular, las delanteras, Charlyn y María José, estuvieron desconectadas. La impotencia se reflejó en un disparo de María José Pérez desde fuera del área. A ninguna parte. Solo las internadas y el desborde por la izquierda de la costamarfileña Ida Rebeca causaron cierto desazón en la zaga valencianista. Ante el descalabro, Andrés Tudela adelantó a Maitane al medio centro. Las fuerzas se igualaron un tanto pero, con espacios, surgió el talento descomunal de Estefanía Banini. La interior argentina se marcó una jugada maradoniana llena de quiebros con el cuerpo y un tiro raso y colocado. Para redondear la fiesta quedaba la escapada de la valenciana Marta Peiró, que picó ante la salida de Bermúdez. La vaselina se quedó a medias pero Peiró corrió para remachar el sexto de la mañana y celebrarlo como una Copa del Mundo. Para ella, sin duda, lo era.