El arrebato final del Valencia, impulsado por el desborde de Cancelo, resultó insuficiente. Primero por un error arbitral, que sacó fuera un penalti a Carlos Soler dentro del área. Y después por la falta de claridad de los valencianistas, superados por la ansiedad toda la noche. Las estadísticas, aquí al lado, son reveladoras: tres tiros a puerta de la Real, tres goles; dos del Valencia, dos tantos. Ninguna parada de Diego Alves y una sola de Rulli. La Real fue mejor equipo, mucho más trabajado en los dos años al frente de Eusebio Sacristán, pero el orgullo del Valencia a punto estuvo de arrebatarle dos puntos.

Dos graves errores individuales (uno de Diego Alves y otro de Siqueira) lastraron al conjunto de Voro en la primera hora. La Real salió tan concentrada que, a los 32 segundos, ya había marcado. El pase largo desde la medular de Íñigo Martínez fue justo a la espalda de Aderlán Santos y a la cabeza de Canales, que prolongó de testa a su izquierda, por donde llegaba Juanmi. El ex del Málaga se había escorado demasido, pero su tiro sin ángulo se topó con las piernas abiertas de Diego Alves. El error del meta brasileño, antes de cumplirse el primer minuto, fue una losa para sus compañeros. Es uno de los líderes del grupo.

La gente no valora la fiabilidad de los pases de Parejo. Es el cuarto mejor pasador de la Liga y eso se nota en el equipo cuando no está. La naturaleza no da saltos en el fútbol. Carlos Soler va a ser seguramente un futbolista 10, pero para dirigir a un equipo tan comprometido (y tan frágil) como el Valencia hay que darle su tiempo.

Fue temerario colocar a Siqueira por una banda por donde llegaba Odriozola, una de las balas de la Liga. El lateral izquierdo brasileño sufrió una pesadilla. Como cuando se quedó con el balón entre las piernas y trató de sacarlo jugado ante la presión de los donostiarras. En otra época, Siqueira habría salido de esa situación con facilidad. Ahora no. Quiso protegerse de Juanmi y le soltó un manotazo en la cara. El penalti era claro, por mucho que los valencianistas protestaran lo fácil que resulta pitar una pena máxima en Mestalla contra los locales. El gol de Willian José acabó por hurgar en la herida valencianista. Desubicados sus centrocampistas (especialmente otra vez Orellana), Nani quiso asumir todo el peso del ataque, pero se sintió solo y sin la frescura que dan los minutos.

Entra Lato

Voro corrigió en el descanso el estropicio de la primera parte con la entrada de Lato por Siqueira. Zaza se pasó por enésima vez de frenada y se perderá el pulso del Bernabéu. El VCF, sin ningún jugador duro en sus filas (salvo enzo Pérez), recibe amarillas por doquier, señal de dos cosas: la inexperiencia de los jugadores y el poco respeto arbitral. Cancelo tampoco juega ante el Madrid.

El Valencia mejoró aunque otra arrancada supersónica de Odriolza la remachó a gol Oyarzabal. Desde los 11 metros recortó el Valencias tras unas manos de Raúl Navas. Marcó Nani, sustituido inmediatamente porque viene de una lesión. El Valencia se metió en el encuentro sin darse cuenta. Un centro de Cancelo rebotado resultó un pase ideal a la zurda de Zaza, que marcó al segundo palo. Nació otro partido. Zaza falló un gol en un cabezazo-despeje, solo, ante Rulli. El árbitro le escamoteó un penalti a Soler y Cancelo luchó contra todo el infortunio. El portugués es otro desde que mandara callar a la grada. Sacó anoche su carácter y a punto estuvo de doblegar a la Real. El arrebato de orgullo se quedó corto ante un público cansado de tanto perder.