El pasado 18 de marzo, en la misma jornada en la que el Valencia celebraba su aniversario, en Las Palmas, Quique Setién anunciaba que no renovaría su contrato. Desde aquella comparecencia de prensa, casualmente, se ha asistido a un desplome considerable en el juego y en los resultados del equipo dirigido por quien tiene todas las papeletas para dirigir al Valencia la próxima temporada. En plena vorágine de marcadores adversos, Setién no ha variado su apuesta futbolística, basada en el juego de ataque y posesión.

La UD Las Palmas ha pasado, desde entonces, de ser el equipo de moda en el torneo y a albergar esperanzas de ir a Europa, a quedar desconectado y ser uno de los peores equipos de los dos últimos meses. Los canarios solo han ganado un partido, contra el Betis (4-1), y han empatado otro, ante el Alavés, también en casa (1-1). El resto han sido derrotas, y siempre recibiendo al menos tres goles en cada uno de esos tropiezos. Celta de Vigo (3-1), Eibar (3-1), Athletic (5-1), Leganés (3-0) y Atlético (0-5). El balance muestra un saldo de 8 goles a favor y 21 en contra.

El vuelco ha sido tal que en la clasificación el técnico que será relevado en el Valencia, Voro González, ha logrado adelantar a Quique Setién, quien probablemente sea su sustituto. Una circunstancia que ha abierto el debate en Valencia sobre la idoneidad de rematar la incorporación del entrenador cántabro. ¿A qué se debe la repentina mala racha de Las Palmas, que en el minuto 18 de su último encuentro ya había recibido tres tantos ante el Atlético?

La desmotivación de la plantilla tras el anuncio de su técnico es el principal razón. La relación entre Setién y el vestuario es óptima, pero la desconexión del equipo, que ya se sabía salvado, ha sido patente. Varios jugadores principales ha tenido un bajón en su rendimiento, entre continuas lesiones, malos momentos de forma y sanciones. Por ejemplo, la estrella Kevin Prince Boateng ha recibido a estas alturas 11 tarjetas amarillas y dos expulsiones.

«Una fe fanática en el estilo»

Durante el desmoronamiento, Setién no ha variado ni un ápice su atrevido estilo de juego. Hombre de fuerte carácter, es un entrenador que muere por sus ideales tácticos, que considera irrenunciables. Toque, posesión y riesgo, unos criterios que llevan a sus conjuntos a desplegar un gran fútbol pero, también, a sufrir descalabros si los resultados no acompañan.

De hecho, el cuerpo técnico de Setién reconoce que sus plantillas deben tener «una fe fanática en el modelo», para que un estilo tan atrevido prospere y tenga éxito. Una vez se supo que el proyecto ya tenía fecha de caducidad, esa convicción ha disminuido, en una plantilla de la singularidad de Las Palmas, más talentosa que sacrificada, que brilla en su estadio pero casi siempre cae a domicilio

No ha sido una temporada tranquila en Las Palmas. La convivencia de la plantilla sufrió un cisma con la juerga nocturna que en enero realizó parte del equipo tras caer eliminados de Copa ante el Atlético. Una velada frenética que acabó con algunos jugadores en Urgencias. Pero con quien ha estado más enfrentado Setién ha sido con la dirección deportiva de Toni Cruz y Luis Helguera, con quienes hubo fricciones en las tensas negociaciones para la renovación de contrato, finalmente infructuosas.