En una entrevista en este periódico, nada más asumir el cargo de director general a finales de marzo, Mateu Alemany afirmó que a él no le gusta competir, le gusta ganar. Bajo esa premisa, Alemany ha ido alejándose de la apuesta de su director deportivo, José Ramón Alesanco, de nombrar a Quique Setién como nuevo entrenador del Valencia, a medida que Las Palmas ha ido perdiendo casi todos los partidos en el último mes de Liga (cuatro derrotas y un empate en los últimos cinco encuentros). Alemany llegó a hablar por teléfono con Setién y estaba de acuerdo con la designación del entrenador cántabro hasta que, como consecuencia de la caída en picado del conjunto amarillo, empezaron a asaltarle las dudas.

El Valencia ha empezado las negociaciones con Marcelino García Toral, de 51 años, encantado ante el reto de entrenar ahora al conjunto de Mestalla: es un desafío para él poder levantar un proyecto naufragado en las dos últimas temporadas. Marcelino llegaría acompañado por sus dos personas de confianza: el segundo, Rubén Uría, y el preparador físico, Ismael Fernández. Este último tiene mucho peso en el trabajo del cuerpo técnico. Los tres son asturianos, al igual que su representante, Eugenio Botas.

Marcelino es un preparador obsesionado por la condición física de sus jugadores, a quienes somete a una estricta dieta alimentaria. Es un entrenador caracterizado por su vehemencia y por ser muy exigente. Conecta muy bien con la grada por la manera apasionada de vivir el fútbol. Y también por su dureza con los futbolistas, a quienes suele sacar mucho rendimiento y no les perdona la mínima falta de profesionalidad. Su gusto por un fútbol racial puede encender la chispa del estadio de Mestalla, partidario de ese estilo vertiginoso que consigue el preparador asturiano en sus equipos.

Le gustan los conjuntos veloces y fuertes y el 4-4-2 es su esquema preferido. Entre los centrales, quiere uno muy rápido y otro con más capacidad técnica para sacar el balón. Mérito suyo fue convertir en futbolistas de entidad a dos promesas como Gabriel y Bailly, vendidos después a precio de oro por el Villarreal al Arsenal y al Manchester United, respectivamente. En los interiores, también prefiere uno rapidísimo y otro con más espíritu defensivo para compensar el equipo.

Es un entrenador, además, con condiciones a la hora de confeccionar el plantel: pedirá algunos jugadores para tratar de compensar un grupo sin especialistas defensivos en el centro del campo, por ejemplo. También tiene un caché contractual muy alto tras sus éxitos en el Villarreal (cuarto en la Liga y semifinalista en la Liga Europa). Sus luces has la vivido en El Madrigal y también al frente del Racing; las sombras llegaron en el Sevilla y el Zaragoza.

El domingo 21, el Villarreal

El todavía entrenador del Valencia, Voro, prepara los dos partidos que le quedan como técnico: el sábado ante el Espanyol en Cornellà (16.00) y, al domingo siguiente, frente al Villarreal en Mestalla (16.45). Será su despedida como entrenador y todavía no sabe qué hará a partir de junio dentro del club. Está a la espera de una propuesta del Valencia CF.