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Marcelino visto por sus exjugadores

Ayala: "Es muy claro para transmitir su mensaje. Es un líder" - Palop: "Trabaja igual en la victoria que en la derrota, un entrenador con mucho carácter" - Pablo Pinillos: "No le gusta la posesión, sino rebasar las líneas"

Marcelino visto por sus exjugadores

Marcelino García Toral «es el entrenador idóneo para el Valencia, porque exprime hasta el último jugo al futbolista». La frase es del exlevantinista Pablo Pinillos, el capitán del mejor Racing Club de Santander de la historia, al que el técnico asturiano clasificó para la Copa de la Uefa en 2008.

Los exvalencianistas Fabián Ayala, a las órdenes de Marcelino en el Zaragoza (2008-09) y Andrés Palop, en el Sevilla (2011-12), destacan su cuidadísima metodología de trabajo y su devoción por el fútbol directo. «Es un fenómeno. Si alguien es capaz de reactivar al Valencia, es Marcelino. Con la exigencia del día a día, el futbolista va a notar que mejora, ocupar mejor su posición en el campo, hacer el desdoble...», explica Pinillos, el lateral derecho titular del Levante UD que ascendió a Primera en 2004.

«Es un tipo muy claro a la hora de transmitir su mensaje. Tiene carácter, es un entrenador y un líder», recuerda Fabián Ayala. «Trabaja igual cuando el equipo gana que cuando pierde. ¿Si es el que necesita el Valencia? Lo dirán los resultados, pero en principio sí, porque trabaja hasta el último detalle del equipo», añade Palop.

Pinillos se cruzó con Marcelino, en el Racing, con 32 años. Alargó su carrera hasta los 37. «Gracias a su grupo de trabajo jugué mis mejores años. Ismael Fernández (preparador físico) está a la última en todo: cargas de trabajo, análisis de sangre regulares, control exhaustivo del peso... Y Rubén Uría (segundo entrenador) es es una pieza básica, un tipo campechano que orienta al futbolista, busca soluciones a todo», explica.

«Marcelino es muy exigente, sí, pero muy cercano. Siempre tiene la puerta abierta», añade. «A los jugadores les saca todo con ese trabajo físico, con entrenamientos cortos pero muy intensos, y eso lo agradecen sobre todo los veteranos. Los jóvenes no tienen más remedio que estar a tope para no quedarse atrás. A nosotros nos sacó el 120 por ciento y nos metió en Europa, algo impensable. El futbolista agradece su método y el que no, es porque es un vago», apostilla el exfutbolista cántabro. «¿El control del peso? Sí, se habla mucho de Simeone, pero Marcelino empezó con esas cosas. Obliga al jugador a mantener el peso toda la temporada y por cada medio kilo de más se paga una multa», recuerda.

Un fútbol vertical y asfixiante

Después de estar a las órdenes de Benítez en el Valencia, Ayala agradeció el ideario de Marcelino. No dista mucho del primero. «Sus equipos son ordenados, con transiciones rápidas y hay que terminar rápido las jugadas. Su trabajo defensivo es muy bueno, en la línea de lo que había vivido en Italia», asegura el argentino. «Es el perfil del Valencia. Lo digo y lo repito», añade. «Practica un fútbol vertical, le gusta mirar hacia adelante y eso condiciona al futbolista. Pero, cuando no hay pasillos para avanzar, le gusta tratar bien la pelota. Es el equilibrio. Defensivamente, se preocupa bien de no encajar goles», afirma Palop.

Pinillos va más allá. «Con el 4-4-2 lo hace todo. Cuando antes llegues arriba, mejor. No le gusta la posesión por la posesión, sino rebasar líneas. Eso obliga a los de arriba a pelear como jabatos. Hay mucho trabajo de recuperar las pérdidas de balón, de posesión tras pérdida. Eso que lo tengan en la cabeza», subraya Pinillos, que va un acierto pleno su aterrizaje en Mestalla. «Tiene ganas de estar con gente loca por trabajar. Si le refuerzan 4 cosas que ha pedido, va a tener un altísimo porcentaje de éxito. Incluso le gusta jugar varias competiciones, porque a cada partido le saca petróleo de cara al siguiente», incide.

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