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El barco ya tiene timonel

El barco ya tiene timonel

El Valencia ha fichado un entrenador. Es gran noticia. Después de haber ido de Herodes a Pilatos, ha tomado la sublime decisión de contratar un gran profesional. Vencida la etapa de Voro, el talismán de Mestalla, el bombero para los grandes incendios, el oli en un gresol, el ungüento amarillo, la piedra filosofal, el club tomó la sabia decisión de contar con un profesional que sabe perfectamente lo que es dirigir una plantilla sin grandes estrellas, sin galácticos que cuestan millones de euros y con los mimbres de la casa confeccionar grandes canastillas. Marcelino García Toral ha pasado por la escala social del fútbol español, salvo los tres grandes. Ahora le ha llegado la oportunidad para poner a flote al cuarto. Al buque que hasta la fecha no ha tenido capitán, ni timonel y casi sin grumete. O tal vez ha sido un grumete quien ha estado al mando de la nave. De entrada, si los vientos no cambian, cosa que parece poco probable, habría que decirle que no sabe dónde se ha metido.

Por ironías del destino será presentado tras el partido con el Villarreal, el club al que mantuvo en primera línea a pesar de que ya no contó con grandes figuras como Pellegrini. Se sentó en el banquillo de un equipo descentrado y su debú fue con una goleada infamante. Después remontó y la vuelta a Primera confirmó dos cosas importantes: el club estaba bien dirigido y administrado y el equipo con una plantilla sin las grandes estrellas de años anteriores, se manifestaba con juego de aspirantes a puestos de relevancia.

Marcelino se fue del Villarreal con aureola de extraordinario entrenador. Su salida no fue la que por los resultados habría merecido. El secreto de su destitución ha sido mantenido con más firmeza que los de los sumarios judiciales actuales. Estará en Mestalla viendo lo que fue y lo que le espera. Corre el riesgo de que las pocas promesas que le han debido hacer se cumplan en porcentaje ínfimo. Peter Lim no es de fiar.

Los aires que se respiran en la actualidad no ofrecen beneficios para la salud deportiva. Alesanco y Vicente tienen los ojos puestos en medianías. Todo se justifica con el presupuesto. Sobre todo porque el salvador, no trajo el maná. Habría que preguntarle al genio de la publicidad y otros menesteres las razones por las cuales el Valencia no tiene patrocinador en la camiseta. Ello daría respiro presupuestario y permitiría alguna contratación por encima de la mediocridad.

Marcelino, como es natural, ya habría visto de qué pie cojea el equipo. Pero le va a resultar complicado lograr jugadores que mejoren el estatus actual.

El partido Valencia-Villarreal no promete actuaciones de jugadores que pidan perdón por marcar un gol. Ello ocurrió una vez en Vitoria y descendió el Villarreal.

Posdata. ¿Por qué hay estúpidos que pretenden crear enemistad entre dos clubes que deben ser hermanos?

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