El Valencia 2017/18 empezó a rodar ya ayer, todavía con las brasas humeantes de una de las peores temporadas de toda la historia, finiquitada con el 1-3 encajado contra el Villarreal. Marcelino García Toral se presentó ayer junto a su cuerpo técnico en las oficinas para firmar su contrato y hoy será presentado en Mestalla.

La plantilla se marcha un mes de vacaciones, un tiempo de oro para asentar las bases de un proyecto que debe devolver al Valencia a la élite después de dos sendos fracasos consecutivos, encallado en la decimosegunda posición. La primera toma de contacto ya se produjo ayer. Marcelino almorzó junto a Voro González, Layhoon Chan, Mateu Alemany, Anil Murthy, Kim Koh y José Ramón Alesanco, y se abordaron las prioridades del próximo curso.

El Valencia deja tras de sí una de las peores temporadas de toda su historia. En ninguna otra campaña había encajado 65 goles y el número de derrotas alcanza casi la mitad de los partidos jugados, 18. La plantilla necesita una completa regeneración que afectará a casi todas las posiciones y que también supondrá una renovación de los líderes del vestuario, que en la temporada recién finalizada han sido incapaces de tirar del grupo.

En la portería es un secreto a voces que se busca un equipo para Diego Alves. Las prestaciones del portero brasileño han bajado enteros esta temporada, a pesar de su gran habilidad para detener lanzamientos de penalti. Además, se considera que su influencia sobre el equipo no es positiva. Los últimos tres partidos ya los ha jugado Jaume Doménech y se apostará con fuerza por el regreso de Mat Ryan, que ha convencido en su cesión al Genk.

Otro de los líderes del vestuario que inspira escasa fiabilidad es Enzo Pérez. El capitán del equipo directamente no ha salido ni a calentar en los últimos encuentros. El Valencia depende de las posibilidades de mercado que se abran para estos dos descartes, que en el verano pasado ya se intentaron colocar sin éxito.

Los cambios afectarán también a la defensa, la línea más frágil del equipo. No se descarta la continuidad de Mangala, si se logran renegociar las condiciones de la opción de compra con el City, y se busca un central que apriete la titularidad a Garay. El club también quiere encontrar un mediocentro defensivo que equilibre la medular junto a Soler y Parejo, de quien Marcelino ansía su continuidad. En ataque se quiere incrementar la frecuencia goleadora tras una temporada en la que ninguno de los delanteros ha superado los seis goles. Todo para buscar un equipo que vuelva a responder a una identidad seria y competitiva.