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Análisis

El Valencia comienza a ser un club

La entidad empieza a emitir señales de una mejor organización administrativa y comercial tras el caos de los últimos años

El Valencia comienza a ser un club

El Valencia comienza a emitir señales de que algo está cambiando. Por ahora son solo eso, fogonazos de un giro hacia una organización coherente, algo de lo que ha carecido desde que Peter Lim se convirtiera en el máximo accionista del club. A punto de cumplirse tres años de su desembarco en la entidad de Mestalla, este periodo se ha caracterizado por una inestabilidad deportiva, social y administrativa que ha lastrado su actividad. Ahora, las directrices parecen más diáfanas, el Valencia da la impresión de estar más organizado, aunque dados los antecedentes es recomendable echar mano de la cautela.

Nuevo director general. «Soy el primer ejecutivo del club. Asumo la máxima responsabilidad». Con esa rotundidad se expresó el nuevo director general del Valencia CF, Mateu Alemnay, en el acto de presentación. Es una clara declaración de intenciones que contiene una potente carga de profundidad contra el caos que ha reinado en el club. En esa mismo acto desvelaba que el dueño del club «está disgustado de cómo han ido las cosa . Si estoy aquí es porque quiere que las cosas cambien. Por historia, potencial social y exigencia, es un club máximo», señaló el ejecutivo mallorquín, convencido de que el Valencia CF había de dar una giro radical para no repetir vicios del pasado que han desembocado en fracasos deportivos que le han alejado de las competiciones europeas y que, en consecuencia, han debilitado la economía de la entidad.

Un entrenador con currículum

Una demostración de que no se quieren repetir errores anteriores es la elección de Marcelino para ocupar el banquillo. Las experiencias de Gary Neville y Pako Ayestarán han abierto los ojos de Lim después de comprobar que los experimentos es mejor hacerlos con gaseosa. El primero era un «becario» que llegó al club en prácticas y, si no le hubieran quitado el equipo de las manos, el descenso era una posibilidad cada vez más real. Y con Ayestarán se volvió a jugar en una especie de «ruleta rusa» que acabó con su destitución tras cuatro derotas consecutivas.

Ahora, la apuesta es por un técnico contrastado, apropiado para el perfil de plantilla que se prevé para la próxima temporada. Un hombre con mano dura, que apuesta por un fútbol sencillo en el que manda el bloque y la firmeza defensiva.

Apuesta por la cantera. Forzado por las circunstancias económicas, el Valencia CF ha comenzado a apostar por los jóvenes valores de la cantera. Todo parece indicar que el nuevo modelo pivotará sobre la figura emergente de Carlos Soler, un jugador que con Voro ha explotado y se ha convertido en unos de los referentes de la plantilla. También Lato, Nacho Gil , Nacho Vidal, recientemente renovados, y Sito llaman a la puerta con fuerza.

Nuevo patrocinador. Después de tres años con una camiseta inmaculada, la llegada del nuevo patrocinador, Blu Products, es una nueva noticia. El Valencia CF se ha puesto las pilas en el aspecto comercial. Hasta ahora, mucho nombre y pocas nueces. Amadeo Salvo fichó a Louis Douwens, considerado un «gurú» europeo del marketing, con un currículum extenso, pero que pasó con mucha pena y poca gloria, incapaz de aumentar los ingresos comerciales pese a su abultado historial. Y Peter Draper, su sucesor, abandonó el Valencia CF con una mano delante y otra detrás en lo que se refiere a un patrocinador, aunque sus emolumentos era de rutilante estrella. Con él, la camiseta siguió huérfana de un anunciante, quizás porque apuntó tan alto que llegó a tasar la zamarra valencianista en 10 millones de euros. Por eso siguió tan blanca como su diseño. El nuevo director comercial, Damià Vidagany, ha conseguido mucho más en menos tiempo (3,2 millones para cada una de las dos próximas temporadas).

La plantilla, patata caliente. El Valencia CF tiene una prueba de fuego con la confección de la plantilla. Primero porque, salvo que Peter Lim se «estire» e inyecte capital -algo que no parece que entre en las previsiones del magnate singapurés-, las dificultades económicas condicionarán los fichajes. Además de quedar fuera de competiciones europeas como la Champions que aseguran una importante entrada de ingresos, el próximo año el club deberá comenzar a pagar los créditos de Bankia y de La Caixa. También hay que sumar el casi seguro pago de los 23 millones de la multa de la Comisión Europea.

Con este panorama, habrá que dar salida a jugadores que, por razones económicas o deportivas, no tienen cabida en este Valencia CF de economía de guerra: Alves, Abdennour, Negredo, Enzo Pérez y Santos. Y fichar recambios baratos porque se antoja complicado poder pagar traspasos elevados por jugadores como Camacho, Vietto o Fornals.

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