En el orden de prioridades de los refuerzos se ha subrayado la defensa y el mediocentro defensivo, pero la falta de un goleador en el Valencia también es notable (y ha pasado casi inadvertida). Los refuerzos son imprescindibles y llegan, si llegan, muy tarde, con la Liga a una semana. Como en la temporada pasada. El club no aprende. Y el cuadro de Marcelino perdió anoche el trofeo Naranja a manos del Atalanta tras encajar dos goles a balón parado y no convertir más que uno a pesar de un par de clarísimas ocasiones. Nacho Gil, por cierto, dejó en solo 10 minutos detalles de un potencial a tener en cuenta.

Son jugadores que vienen de haber sufrido mucho, los definió Marcelino, y eso se ha traducido en unas ganas enormes de agradar. El Valencia empezó nervioso ante su público, pero creció a lomos de su entusiasmo y de las órdenes del entrenador. Pasado el susto inicial y el gol de cabeza de Toloi tras una salida en falso de Neto al centro de Gomes, Medrán asumió la responsabilidad de mover a su equipo. El club busca a un mediocentro de poderío físico (Kondogbia) y Medrán quiere demostrar que también sirve pese a ser mucho más liviano. A su favor, las ganas de aprender así como el ritmo y el buen manejo con las dos piernas con el balón.

A su lado cuenta con el seguro de Parejo y de Carlos Soler, los dos más dotados del plantel. Sobrados de recursos técnicos, Marcelino los compensa con la velocidad de Cancelo, que se ganó a la grada con las exquisiteces en el regate. Es la línea más solvente.

Las mejores ocasiones llegaron a balón parado, señal de que Marcelino se ha dado cuenta de que ahí dispone de un tesoro en el guante de Parejo, tantos en las faltas directas como en las indirectas. Le mete rosca, precisión y templanza para facilitar el remate de los compañeros. Así fue el empate. El centro de falta desde la izquierda, con rosca hacia dentro, lo despejó de mala manera el portero Berisha y el rechazo lo cabeceó a gol Vezo.

Vezo y Javi Jiménez, dos centrales ligeros a la espera de refuerzos. Fue conmovedor ver a un peso pluma como Javi Jiménez frenar a un búfalo como Petagna. Jiménez dispone de anticipación y velocidad, en la línea de los buenos centrales pequeños. Es una de las mejores noticias de la pretemporada.

El VCF no va a ser un equipo de largas posesiones, sino de robo y contragolpe. Como en el arranque del segundo tiempo. Rodrigo y Cancelo se plantaron ante Berisha. Se les nubló el disparo. Carlos Soler y Gayà formaron una interesante sociedad por la izquierda. Entre ambos fabricaron una bellísima jugada culminada por el lateral con un remate picado con el el exterior de la zurda, invalidado por fuera de juego. Soler tiene capacidad para adaptarse a esa posición y a cualquier otra.

El equipo se relajó mediada la segunda parte y recibió el castigo del gol de Palomino, a la salida de un córner. Llegó la lluvia de cambios y los jóvenes trataron de agradar a contrarreloj, en un escenario difícil. Nacho Gil merece minutos: se inventó un caño en el área italiana, pero no hubo remate. Falta también un goleador.