Marcelino García Toral ha logrado deshacerse de la práctica totalidad de los futbolistas con los que no contaba, a excepción de Fabián Orellana. El Valencia intentó a lo largo de la jornada llegar a un acuerdo con el Getafe, principal club interesado en la cesión del mediapunta chileno, pero no fue posible. Un problema añadido para Marcelino, que no cuenta para nada con Orellana. Como prueba, su descarte técnico en las dos primeras jornadas de Liga. Es un jugador del que, además de no encontrar acomodo en el 4-4-2 del entrenador asturiano, se recela sobre la influencia negativa que puede transmitir en el vestuario.

Ayer sí se oficializó la salida de Álvaro Medrán en calidad de cedido al Alavés. Es el tercer exvalencianista que recala en Mendizorroza, después del portero Antonio Sivera y de Munir El Haddadi, cedido ayer a última hora por el Barcelona. En la jornada de ayer, el Valencia también llegó a un acuerdo para la rescisión de contrato de Vinicius Araujo. El delantero brasileño llega con la carta de libertad al Zaragoza.

Limpieza máxima

El vestuario del Valencia ha experimentado una profunda transformación desde la llegada de Marcelino. Después de dos temporadas anclados en la decimosegunda posición, un total de 20 jugadores pertenecientes el año pasado al primer equipo han acabado abandonando la entidad. Empieza, pues, el proyecto valencianista de la regeneración.