El hallazgo por parte de la Asociación de Futbolistas de la primera bandera oficial del Valencia, originaria de 1924 y perdida durante las últimas dos décadas tras ser robada, ha puesto de relieve la dejadez con la que tradicionalmente el club ha tratado esa parte de su patrimonio histórico. Un déficit corregido en los últimos años desde la instauración del Departament de Patrimoni de la Fundació VCF, que en su intento por recuperar el material perdido se ha visto abocado, prácticamente, a un abismo. Un ejemplo, según ha podido documentar Levante-EMV, es que el Valencia apenas conserva casi ninguno de los banderines oficiales de todas las finales disputadas por el equipo. De un total de 31 finales, entre Copas, Supercopas españolas y europeas, Recopa, UEFA, Copa de Ferias y Champions, el Valencia solo tiene tres banderines: el de la Copa del Rey de 2008 y el de las finales de Copa de 1967 y 1979, cedidos a la entidad por el coleccionista Fernando Rius.

Los extravíos llegan incluso a la era moderna, a la última época dorada del club, la de los éxitos entre 1999 y 2004. El Valencia ha perdido los banderines de las finales de Champions que Oliver Kahn y Raúl González entregaron a Santiago Cañizares en París y Milán. O los emblemas que Gaizka Mendieta y David Albelda recibieron antes de ganar la Copa de 1999 y la UEFA de 2004. Todo ese valioso material ha desaparecido y, a las puertas del centenario, el Valencia aspira a recuperarlo.

La Copa Eva Duarte de 1949

Las llamativas ausencias no se limitan a los banderines. En el club se desconoce el paradero de uno de algunos trofeos oficiales conquistados por el equipo blanquinegro, como la Copa Eva Duarte ganada al Barcelona en 1949, que fue entre 1947 y 1954 una versión de la actual Supercopa que medía a los campeones de Liga y Copa.

Una fecha es clave para explicar la ausencia de todo el patrimonio extraviado: el caótico traslado de oficinas a finales de los 90 con el que se derribó la antigua sede social (con su vitrina de trofeos incluida), para poder ampliar la grada de Mestalla. De esa época data el robo de la bandera de 1924. Varios empleados de aquella época, consultados por este periódico, describen que «llegaron varios camiones que se cargaron enteros con Copas y gran cantidad de material histórico del club». Unos objetos que fueron conducidos en contenedores a otras estancias y que, en su traslado, sufrieron fuertes desperfectos, como el trofeo Ramón de Carranza restaurado recientemente por la Fundació VCF. Ante el temor a que experimentasen daños irreparables, algunos trabajadores del club llegaron a coger parte de ese material para preservarlo en sus casas particulares.

El resto ha ido emergiendo, con el paso de los años, gracias a la colaboración militante de seguidores y coleccionistas del club que han encontrado objetos de gran valor en mercadillos, rastros y librerías. Fernando Rius ha llegado a completar una preciada serie de banderines. O Pepe Roca, que encontró la gigantesca maqueta del estadio de Mestalla tras la remodelación previa al Mundial 82, y que también desapareció de las antiguas oficinas ubicadas en la Avenida de Aragón.

La necesidad de un museo

En su ímproba tarea de recuperación patrimonial, la Fundació VCF se encuentra con una gran dificultad. Las obras paradas desde 2009 en el Nou Mestalla han bloqueado la posibilidad de abrir un museo definitivo para el Valencia, por lo que ha tenido que ralentizar el ritmo de restauración de muchos de los objetos recuperados en su custodia, ante la ausencia de espacio para exhibirlos de forma permanente.

De momento, el área dirigida por Loles Ruiz acumula el material en las reducidas dimensiones de las oficinas del departamento y en dos almacenes ubicados de forma transitoria en el propio campo de Mestalla.