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Familia del delantero

El brindis de los papás Antonio y Caterina

Alegría en Metaponto, la pequeña localidad sureña en la que nació Zaza y en la que todavía residen sus padres

El brindis de los papás Antonio y Caterina

Nada más descolgar el teléfono, Antonio Zaza precisa «una pequeña aclaración». «Metaponto, somos de Metaponto, y no de Policoro, como pone en todos los sitios». Ayer fue un día de fiesta en Metaponto, una tranquila localidad sureña, que no sobrepasa los mil habitantes, con soleadas vistas de templos griegos y mar Jónico de fondo. En Metaponto pasó sus últimos días Pitágoras y cayó en la trampa de dar hospitalidad al estratega militar Aníbal Barca, que mandó destruirla. En sus calles se adora hoy a Simone Zaza, el niño que veía vídeos de Van Basten y quería ser taekwondista, antes de partir al norte con 13 años a probar suerte en el Atalanta.

«Vimos el partido en casa, mi mujer Caterina y yo. Disfrutamos muchísimo. En la retransmisión se escuchaba cómo Mestalla cantaba su nombre. Los festejamos abriendo una buena botella de vino y brindando. La ocasión lo merecía», relata Antonio a Levante-EMV. Como es costumbre después de cada partido, Simone lo llamó nada más llegar a casa: «Estaba exultante todavía por los goles. Es un objetivo que ha perseguido durante mucho tiempo. Marcó algunos en el Primavera (el filial) del Atalanta, y unas siete veces había anotado dobletes en las el Ascoli, Viareggio, Sassuolo, la Juve y uno con el Valencia. Ayer llegó el día y lo merecía, después de unos días un poco particulares, sin importancia», asegura en alusión a la polémica suplencia contra el Levante UD.

«Es imposible que se vaya»

Periódicamente se expanden rumores sobre un posible regreso de Zaza a la liga italiano, un campeonato que no va sobrado de atacantes italianos, con los Kalinic, Icardi, Milik, Mertens, Higuaín, Dybala o Dzeko en las delanteras de los principales equipos. Cuando se le pregunta por el mercado, Zaza responde que de Italia «solo añoro a mi novia cuando no está en Valencia y a mi familia», dijo el pasado verano a este periódico. Papá Antonio traslada el mismo mensaje y tranquiliza a los aficionados: «Es imposible que Simone se vaya del Valencia. Es un club que le ha traído paz y serenidad. El invierno pasado, cuando peor estaban las cosas, el Valencia fue el primer equipo que nos llamó directamente para interesarse por Simone. Eso no lo olvidamos. Del resto solo nos llegaban rumores. La elección fue la justa».

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