«No debemos traicionarnos», ha asegurado en público y en privado, dentro del vestuario, Marcelino García Toral de cara a un encuentro en el que el Valencia parte como gran favorito, esta tarde en Mestalla contra un Athletic Club alirroto, entre resultados adversos y golpes psicológicos como la grave lesión de su futbolista más importante, Iker Munian. Entrenador meticuloso en los detalles, Marcelino no quiere que los pronósticos desvíen a su joven grupo de la callada rutina que ha llevado al Valencia a limpiar su prestigio en seis jornadas sin perder.

La baja por sanción de Geoffrey Kondogbia, una de esas pocas piezas ajena a rotaciones, hará que Carlos Soler vuelva a su posición más natural, en el mediocentro, junto a Dani Parejo. Nemanja Maksimovic avanza en su aclimatación, no solo futbolística, pero parece una opción todavía verde para la titularidad.

La reubicación de Soler aclara la apuesta por las bandas, que serán ocupadas por Gonçalo Guedes, cuya calidad ya comienza a traducirse en puntos como se vio en Anoeta, y Andreas Pereira, un extremo no tan explosivo en el arranque en velocidad pero con habilidad técnica. La otra variación estaría en el lateral izquierdo. Gayà ha arrastrado problemas durante la semana y Toni Lato, con unas cualidades físicas y defensivas que han asombrado al cuerpo técnico, podría ser de la partida. Neto retornará a la titularidad, Nacho Vidal pone entre interrogantes el regreso de Montoya y, en ataque, es poco probable que Marcelino retoque la pareja atacante formada por Simone Zaza y Rodrigo Moreno, en estado de gracia goleador.

Cara a cara van a estar dos equipos con un estilo muy reconocible. Ni murciélagos ni leones tienen secretos. La sensible baja de Muniain no variará una filosofía de juego muy reconocible en el conjunto visitante. Los blanquinegros se medirán a un conjunto que, como detalló Marcelino en la previa, «tiene un alto ritmo de juego, muy intenso, son muy poderosos en la estrategia ofensiva, muy poderosos en el juego aéreo desde las bandas con centros laterales». En esa faceta, el poder rematador de Aduriz y Raúl García es muy intimidador, pero no el único argumento. Los rojiblancos también aprovechan con frecuencia la velocidad de Iñaki Williams a la espalda de los centrales. El duelo exigirá al Valencia, según el técnico asturiano, el mismo grado de vigilancia defensiva que se desplegó ante el Atlético de Madrid (0-0), y continuar en ataque con la misma «velocidad y precisión» que se ha exhibido en las dos últimas victorias contra Málaga y Real Sociedad, ante los que se anotaron ocho goles.

La marcha de Ernesto Valverde al Barcelona ha variado ligeramente algunos matices del juego del Athletic. Con el Cuco Ziganda, es un equipo que espera más al rival y no renuncia a defender en su campo. Una circunstancia que favorece la búsqueda de contragolpes en dirección a Williams.

La clasificación histórica

Para los aficionados memoriosos, el partido presenta un atractivo añadido. El Valencia defiende ante el Athletic la posibilidad de aumentar la renta como cuarto mejor equipo en la clasificación histórica de la Liga. El club de Mestalla acumula 3.398 puntos, por 3.376 del cuadro de San Mamés, que nunca ha descendido a Segunda división. Con su fulgurante inicio de siglo, las dos ligas con Rafa Benítez y una presencia continuada en Champions, el Valencia pasó de la quinta plaza a la tercera. Sin embargo, su decadencia en las últimas temporadas ha propiciado que le desbanque el equipo colchonero y que se le acerque peligrosamente su rival de hoy.