Simone Zaza hizo temblar ayer todas las previsiones a corto plazo de Marcelino cuando se retiró del entrenamiento matinal, un encuentro contra el Eldense, tras sufrir un aparatoso golpe en la rodilla. El susto fue evidente porque el delantero italiano tuvo que abandonar la ciudad deportiva apoyado con muletas.

Sin embargo, las pruebas realizadas a continuación diagnosticaron que Zaza solo sufría una distensión en el compartimento externo de la rodilla derecha. Una dolencia menor de la temida en primera instancia, aunque lo conviertan en duda para jugar contra el Betis, el próximo 15 de octubre, en la primera jornada tras el parón liguero. El club blanquinegro quiso ser prudente para valorar el periodo de baja y en su comunicado oficial emplazaba a «la evolución en los próximos días».

Este contratiempo físico frena el dulce presente que vive Zaza, una pieza clave en los esquemas de Marcelino después de convertirse en el momentáneo máximo goleador del equipo con 6 goles en 7 partidos de Liga.