La ecuación de las cuentas del Valencia se encuentra bloqueada por un doble bucle del que no puede escapar el club de Mestalla. Por una parte, las provisiones sobre las eternas contingencias de Porxinos, la sanción de la Comisión Europea y la Agencia Tributaria, que obligan a guardar en el cajón 31 millones. Y, por otro lado, la incapacidad de la entidad para aumentar los ingresos mientras que el primer equipo no regrese a competiciones europeas y, con ese impulso, el dinero de la UEFA se acompañe con más abonados y contratos publicitarios. Hasta que ese anhelo se cumpla, la realidad es más precaria. El resultado, que el club ofrecerá a sus accionistas el próximo 10 de noviembre, arroja unas pérdidas en el ejercicio de 2016/2017 de 27,1 millones de euros, con un fondo de maniobra negativo de 80 millones. La deuda reconocida por el club es de 246 millones. De esa cifra, alrededor de 200 se deben a los bancos.

En la Junta, el presidente Anil Murthy deberá detallar las perspectivas sobre Porxinos y la Comisión Europea, las dos contingencias más preocupantes. En espera de que se resuelva la petición de suspensión cautelar en la multa de Competencia de 23´3 millones por supuestas ayudas de Estado, el tema de Porxinos ha quedado estancado tras tumbar la conselleria de Medio Ambiente la tramitación del nuevo PAI propuesto por el Valencia. El club, en la época presidencial de Amadeo Salvo, pactó con los bancos que tienen la propietarios del suelo una indemnización de 20 millones.

En las previsiones de la presente temporada también se esperan pérdidas, aunque de menor cuantía: 2,7 millones de euros. Una rebaja condicionada por el recorte de 12´9 millones en el gasto de la plantilla deportiva. El tándem formado por Mateu Alemany en el dirección general y Marcelino García Toral en el banquillo ha reducido el coste del equipo de los 67,7 millones que quedó decimosegunda la campaña pasada a los 54´8 de la plantilla que, de momento, marcha invicta en tercera plaza tras las primeras siete jornadas. Un equipo que se ha desprendido de los fichajes más ostentosos del primer ciclo de Peter Lim en el club y que se ha convertido en más barato, que ha tirado de cesiones y que es más canterano, joven y competitivo.

A excepción de esa pequeña rendija de luz, el resto de datos apenas tiene novedades significativas. Los ingresos por televisión continúan siendo abrumadoramente los más importantes de la sociedad. De los 97.006.000 euros recaudados en el pasado curso (un 15% menos de los 107.952.000 de la 15/16), un total de 67.380.000 correspondieron a los ingresos por retransmisiones deportivas. Es decir, el 69% del total, un porcentaje excesivo. Una variable potente que, sin embargo, perderá influencia en esta temporada. El retroceso deportivo en dos temporadas sin Europa dejará los ingresos televisivos en 61 millones.

La cuenta de pérdidas y ganancias muestra que los ingresos por competiciones deportivas apenas superaron los 6 millones de euros. En esta temporada se esperan 4´5 millones, una cifra irrisoria. Este apartado, en anteriores ejercicios, llegaba a alcanzar hasta los 40 millones en los años en los que el Valencia disputó la Liga de Campeones o los 33 que se ingresaron por llegar a octavos de final de la Liga Europa en la 15/16, rebotado de la Champions. En socios y abonados, el club recaudó11´8 millones. Una cifra más baja que en la temporada precedente (13.7 millones) y que se explica entre el desencanto deportivo y la rebaja de precios, hasta de un 20%, en el precio de los abonos para contener en 35.000 el número de socios.

En ingresos de comercialización y publicidad se prevé un repunte esta temporada. De los 11´7 de la campaña 16/17, a los 13´8 del presente curso. Un incremento determinado por la firma de la compañía telefónica estadounidense Blu Products como patrocinador principal para esta temporada. Además, el Valencia también reconoce que, una vez cerradas las cuentas el pasado 30 de junio, el club vendió jugadores por 7´4 millones de euros y realizó fichajes por valor de 28,5 millones.

El estadio, en la previsión a 10 años

Uno de los temas estrella de la Junta será, sin duda, el futuro estadio. Un proyecto parado desde 2009 y reimpulsado esta semana, con un rediseño a bajo coste pero más funcional, ante la exigencia en los plazos establecidos en el plan de Actuación Territorial Estratégica de tener acabado el futuro recinto para el año 2021 y derribar el actual Mestalla antes de 2023. Precisamente, el reconocimiento por parte de la expresidenta Layhoon Chan de que el Valencia no podría culminar su estadio antes de la simbólica efeméride del centenario de 2019, fue la principal noticia de la Junta del pasado año. Los planes sobre el coliseo de Corts Valencianes aparecen en la memoria del ejercicio, una proyección financiera elaborada a diez años vista. En ella, el Valencia contempla «el traslado al nuevo estadio así como la venta del actual estadio de Mestalla». Además, deportivamente se aspira a disputar competiciones europeas «en determinadas europeas», así como el incremento de los ingresos por derechos televisivos «de acuerdo al ciclo de negociación cada tres ejercicios, con incrementos en cada ciclo».

Pago más acelerado

a los proveedores

La lectura de las cuentas deja otros datos. El Valencia ha reducido en dos semanas el pago a los proveedores respecto al anterior ejercicio. Ahora cobran a los 32 días. Un total de 206 empleados del club son jugadores (105) y entrenadores (101), de 367 trabajadores. En el apartado de curiosidades, el Valencia emplea 121.000 euros en medicinas y el resto de material sanitario; así como 43.000 euros en material de oficina. Anil Murthy se someterá por primera vez a una Junta desde que accedió a la presidencia en julio.