La gran novedad del proyecto que el arquitecto del nuevo Mestalla, Mark Fenwick, presentó ayer a los técnicos del Ayuntamiento de València es la existencia en el futuro estadio de una plataforma transitable en el tercer anillo, por todo el perímetro del campo, cerca de la cubierta, que permitirá reducir el aforo y rematar la grada.

Esa reducción de 75.000 localidades a una horquilla entre 55.000 y 65.000 se conseguirá con esa plataforma y, por debajo de ella, con un anillo inferior publicitario. Además, la distancia entre los asientos será mayor de la prevista inicialmente a fin de disminuir la capacidad del recinto y de mejorar, en consecuencia, la comodidad de los espectadores.

Está por concretar cómo se inhabilitarán los pétalos que remachan ahora la parte más alta del estadio ubicado en la avenida de Les Corts Valencianes y cuyas obras están paradas desde hace 8 años. Eso supone que no se derribará el tercer anillo ni tampoco se recurrirá a lonas para taparlo.

El Valencia CF reclama una modificación en la licencia de obras y ayer se reunió con Jesús Caro, responsable de licencias del Ayuntamiento. Fenwick, acompañado de Christian Schneider, ingeniero del club, presentó a los técnicos municipales el nuevo proyecto y abrió la discusión en distintos frentes. En primer lugar, el acceso y evacuación del anillo superior para las entradas y salidas del estadio. En el anterior plan estaba prevista una escalera en cascada mientras que en el nuevo se prevén unas torres externas con escaleras de caracol.

En tercer lugar se debatió sobre el uso de los sótanos, que pasarán de 3.500 plazas de aparcamiento a 500. El resto del espacio se destinará a un uso terciario, como por ejemplo la posibilidad de un gimnasio.

Fenwick también expuso las características de la fachada y de la cubierta. La primera, con listones metálicos, será más ventilada que la prevista en anteriores proyectos. "La fachada ya no es tan opaca, tan lujosa. Se ha convertido más permeable, luminosa, más humana", explicó Fenwick a este periódico la semana pasada.

"Ahora desde los pasillos del estadio se podrá vislumbrar la ciudad. Se mejoran a su vez los accesos, la seguridad y los servicios para el aficionado", añadió el arquitecto inglés.

En cuanto a la cubierta, la novedad es la eliminación definitiva de la antigua cubierta de aluminio y vidrio que dibujaba los barrios de València bordeados por el viejo cauce del Turia. El club lo ha sustituido por un techo más ligero, sostenido por una galería de columnas que rematan la nueva fachada exterior.

El nuevo estadio es una obligación para el dueño del Valencia, Peter Lim, pero no es una prioridad. Las obligaciones de cumplir de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) exigen que el estadio quede inaugurado como máximo en 2021 y que el viejo Mestalla sea derribado en 2023 como fecha límite. Además, en el momento en el que quede inaugurado el recinto, el Valencia entregará un pabellón polideportivo al Ayuntamiento, en la esquina recayente en las calles Amics del Corpus y Doctor Nicasio Benlloch, para uso vecinal.

Albergará otros eventos

Tal como exige la ATE, el Valencia CF debe disponer de un campo preparado para albelgar otros eventos. A tal fin, Fenwick presentó ayer a los técnicos municipales la solución a través de un sistema que tenga previsto nublar el primer anillo , elevar el terreno de juego y acercar las gradas del segundo anillo al campo. Tras gastarse más de 200 millones, el club necesita otros 150 para acabarlo.