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Análisis

El Valencia ilusiona

El equipo de Mestalla recupera la alegría de su afición y los valores sobre el campo

El Valencia ilusiona

Las caras de los aficionados al abandonar Mestalla retrataban ayer la satisfacción de un proyecto renovado. De haber presenciado sobre el terreno de juego un partido extraordinario, con un equipo que transmite valores y el estilo alegre de los mejores tiempos.

Han quedado atrás las caras de sufrimiento de años anteriores. El Valencia confirmó ayer lo que ya veníamos sabiendo: una mejoría sustancial en su juego y en la clasificación, que de nuevo ilusiona a la afición. El equipo de Marcelino fue totalmente superior y firmó una victoria sin ningún tipo de paliativos.

Dinámicas diferentes

Los dos equipos llegaron con dinámicas diferentes. El Valencia se presentaba a la cita en estado de euforia por el rendimiento colectivo e individual de las últimas jornadas. Enfrente, se vio a un Sevilla depresivo que venía con problemas en la Liga y en la Champions. El equipo de Berizzo aterrizaba en Mestalla con nerviosismo, y eso se traslada a la figura del entrenador y de los futbolistas. Es irremediable.

Mientras, con 5 victorias consecutivas, va a continuar la euforia en la gente del Valencia, mientras que la preocupación se instala en el Sevilla, que afortunadamente es un rival directo en la lucha por los puestos de Champions.

El Valencia no especula

El Valencia salió al campo con su estilo de juego totalmente asimilado, buscando la victoria desde el primer momento. Los jugadores tienen totalmente aprendidos los movimientos que han de realizar con y sin balón. Además, se les ve muy bien físicamente, lo que les permite tener una gran movilidad sobre el campo y una ocupación inmediata de los espacios libres. Es un equipo bien construido táctica y físicamente y ahí están los resultados para demostrarlo.

La versatilidad de Guedes

El portugués cuajó un partido de matrícula de honor. Se doctoró en Mestalla, ante su afición. Es el futbolista que más peligro creó entre la defensa del Sevilla, el que más inquietudes estaba creando. Primero, desde la banda izquierda con su velocidad endiablada, de forma que nadie era capaz de frenarle. También causaba el pánico cuando entraba en diagonal hacia la portería, bien para buscar el disparo o el chut. Su primer gol fue una obra de arte, totalmente merecido. Cuando más tarde pasó a una posición más adelantada, de delantero centro junto a Santi Mina, redondeó su gran partido con otro gol de mucha clase. Tiene velocidad, conduce con precisión el balón y sabe lo que tiene que hacer cuando llega el momento. Lo hace todo bien.

Zaza sigue enchufado

Después de las dudas físicas de la semana, Zaza se recuperó para estar en el césped y marcar otra vez, como ya es costumbre. Que sume 8 goles no es casualidad. Siempre está atento al remate, es incansable. Y comprobamos el buen momento de Rodrigo. Cuando se prestó a recibir el balón, creó mucha zozobra en la defensa, además de abrirse con acierto a las bandas. Hay muchos jugadores que están ofreciendo muy gran nivel. Como Carlos Soler, que desde la banda derecha se atrevió a realizar jugadas de auténtico extremo. Como si fuera un interior de siempre

Un Valencia goleador

El Valencia consiguió mantener su portería a cero y eso es una gran noticia. Pero confirmó que es un equipo goleador. El primero de Guedes abrió el camino para definir el juego al contragolpe. El segundo, de Zaza, dio tranquilidad, y a partir de ahí se desató el poder ofensivo de un equipo rápido, alegre, efectivo. Como en los buenos tiempos, hay goleadas. Con el tercero y, sobre todo el cuarto, llegó el delirio. El Valencia impuso ayer lo que en temporadas anteriores imponía el Sevilla: la garra, el coraje, las ganas de competir y una victoria modélica, que han conseguido devolver la ilusión a la grada.

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