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Un delantero necesario

Un delantero necesario

Los primeros meses de Marcelino en Mestalla son como para tener la osadía de llevarle la contraria. Si a plena luz del día se le ocurre anunciar en rueda de prensa que es de noche todos nos apresuraríamos a buscar el pijama. Le ha salido todo. Medir los tiempos durante el mercado de fichajes esperando primeras opciones como Kondogbia o Guedes sin caer en la ansiedad de activar algún plan B. Ha sabido recuperar para la causa a referentes que llevaban años por debajo de su nivel como Parejo o Rodrigo. La arriesgada apuesta de Carlos Soler en banda mejora con el paso de las semanas, descubriéndonos un futbolista total que ha sorprendido incluso al propio cuerpo técnico. Acierta en los planteamientos, la lectura de partidos y las sustituciones, convirtiendo a suplentes como Andeas Pereira o Santi Mina en jugadores decisivos desde la segunda unidad. El nivel de felicidad que ha generado en el entorno pudo apreciarse en la asamblea del pasado día 10. La mayoría de accionistas que tomaron la palabra durante la tarde mencionaron al técnico asturiano para responsabilizarle -junto con Mateu Alemany- del regreso del murciélago.

Sin embargo, el avance de la temporada y la aparición de las malditas lesiones plantea un nuevo desafío para testar el nivel de acierto de Marcelino en la toma de decisiones. La intermitencia en el rendimiento de la rodilla de Zaza sigue generando dudas. En su comparecencia previa al partido contra el Espanyol, el entrenador del Valencia aseguró que, a pesar de los problemas físicos del italiano, «ahora mismo» no está pensando en fichar un delantero durante el mercado de invierno. La prudencia en el discurso público tiene su lógica. Uno de los principales mandamientos de los técnicos pasa por preservar el equilibrio y la excelente química de vestuario conseguida desde la pretemporada. Preocupa que la adición de un jugador en enero pueda alterar el buen rollo interno, determinante para la segunda posición en Liga que sigue ostentando el grupo. Pero el club no puede jugar a la ruleta rusa cuando se trata de asegurar la clasificación para Europa.

Si a la rodilla de Zaza le da por bloquearse para no volver el 2 de febrero y antes no ha llegado un delantero por precaución, tendremos un problema. Un problema tan importante como la falta de armonía en el vestuario. Acabar la temporada con Rodrigo, Mina y Guedes como únicas alternativas para el ataque sería confiar demasiado en el factor Marcelino. Por muy buen entrenador que sea. Que lo es.

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