Simone Zaza está hecho de otra pasta. Aunque se pueda hacer el chiste fácil, porque el jugador es italiano, el hecho de que haya nacido en la cuna del hidrato no le convierte en un tipo duro. Es su tesón y su constancia, unido a un fuerte carácter, lo que impulsa a resistir firme pese a sus problemas en el menisco y entrenar con el Valencia con la mirada firme en el partido del próximo domingo en Mestalla ante el Barça.

Zaza descansó en el encuentro ante el Espanyol. Marcelino, que ayer en Paterna dialogó con el futbolista, se lo guarda para usarlo como ariete y percutir en una defensa azulgrana que pierde solidez sin Piqué. Ayer, el italiano fue uno más del grupo en la primera sesión semanal de trabajo. Pese a tener parcialmente roto el menisco externo de la rodilla izquierda, y que cojeó en algún momento, no tuvo reparos en disputar el partido modificado que dispuso el técnico.

Murillo sufre una pubalgia y no podrá jugar el domingo contra el Barça. Por su lado, Maksimovic se retiró del entrenamiento por unas molestias en la espalda. El internacional serbio comenzó la sesión de trabajo al mismo ritmo que sus compañeros -los titulares del domingo estaban en el gimnasio-, pero no pudo completarla debido al dolor en la zona dorsal. Maksimovic, que no juega mucho con Marcelino, es duda para el partido del domingo en Mestalla.