Diversas fuerzas políticas de Aldaia y Alaquàs (su pueblo natal y el de adopción, respectivamente) han tentado en algunas ocasiones a Jaume Ortí para que fuera en sus listas electorales. Siempre declinó entrar en política. La única vez que se mojó en ese terreno, lo hizo en el momento más difícil. Era el año 1979 y un grupo de activistas promovió un manifiesto a favor de la candidatura del comunista Albert Taberner para la alcaldía de Alaquàs. Lo suscribieron 53 personas, entre ellos jóvenes empresarios, intelectuales y maestros. En la lista figuraba la firma de Jaume Ortí, al que fichó el que era el «metge del poble», Luis Sabater.

Por entonces, el expresidente del Valencia CF era un joven empresario que compartía con su familia un pequeño negocio, Persianas Ortí. La actividad había nacido en Aldaia, impulsada por sus padres, en la calle San Pascual. Jaume fue el primero de los cuatro hermanos en incorporarse.

Aunque la actividad tuvo éxito, el auténtico salto en su trayectoria se produjo en torno a 1987, cuando los hermanos Ortí lograron quedarse con la patente de la multinacional alemana Alulux para España, que acabarían instalándolo en una gran nave del polígono junto a la A-3, en Quart de Poblet. La firma llegó a tener 140 empleados y convirtió en millonarios a los Ortí.

Casi dos décadas más tarde, un cambio de accionariado en la multinacional, que afectó la gestión, acabó desembocando en la marcha de Ortí de la empresa (sus hermanos ya se habían ido) y posterior cierre del proyecto. Desde entonces, el empresario se dedicó a negocios hosteleros.

Jaume Ortí tenía tres hijas y un hijo de sus dos matrimonios. Ni su ascenso social ni sus cargos en el Valencia CF cambiaron al Ortí que conocían los vecinos de Alaquàs y Aldaia. Seguía acudiendo cada semana durante años a su partido de veteranos en el polideportivo Terç, iba a los bares que había frecuentado toda la vida e incluso mantuvo su peluquero durante 40 años. En el terreno festivo, no se perdía nunca la Baixà de Aldaia (en la que tantas veces participó de más joven con tenazas y cohetes) ni tampoco la procesión del Crist, en la que en 2017 desfiló entre los fieles. En su pueblo fue clavario al menos en dos ocasiones, y festero de honor en el año 2002, cuando el exalcalde socialista Enric Luján y sus amigos hicieron la fiesta. También fue clavario en Alaquàs y participó en numerosas ´cordaes´.

En el terreno deportivo, Jaume Ortí fue directivo del CD Alaquàs en diversas ocasiones y presidente honorífico del Avant Aldaia, la escuela municipal de fútbol que surgió de la fusión de otras tres. Ambos municipios le hicieron en vida diversos homenajes. En Alaquàs fue la peña valencianista la que impulsó un reconocimiento en l´Ateneu, que presidió el entonces alcalde, Jorge Alarte. En Aldaia fue homenajeado en la Gala del Deporte de 2010, en la etapa de Empar Navarro en la alcaldía.

Jaume Ortí será recordado como ese vecino amable que mantenía buenas relaciones con todo el mundo, sonriente y deportista, con el que siempre podían contar los colectivos que le requerían. Ni siquiera cuando, a causa de una infracción urbanística cometida por error por el constructor, el Ayuntamiento de Alaquàs le ordenó demoler parte de su casa, un unifamiliar en el barrio de la Purísima, Jaume Ortí perdió las buenas relaciones con la institución local.