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Entrevista

"Carlos, debes ser una esponja que absorba el conocimiento de Marcelino"

Barber destaca la personalidad del técnico y una cultura de trabajo basada en el rigor y el triunfo de la colectividad, que ayuda a que se impulsen las carreras de los jugadores

"Carlos, debes ser una esponja que absorba el conocimiento de Marcelino"

Rafa Barber (Aielo de Malferit, 1980), identifica cada movimiento del Valencia de Marcelino. El juego de espaldas de Zaza o las aperturas de banda de Parejo hacia Guedes son un calco de las maniobras que efectuaban Viqueira, Cazorla o Sinama-Pongolle en el Recreativo de Huelva en el que militó la década pasada y que hizo historia con el actual técnico del Valencia a sus mandos. El exmediocentro, ahora en la agencia Promoesport junto a Javier Cordón, utiliza toda esa sapiencia para aconsejar a sus clientes Carlos Soler, Nacho Vidal y Nacho Gil para que se adapten y saquen el máximo provecho de las enseñanzas de Marcelino, cuya etapa en el Valencia ya ha batido registros nada más comenzar. Estos son los detalles que explican el éxito del «Marcelinato» en Mestalla y las posibilidades de crecimiento para la carrera de los canteranos.

«Marcelino puede ser crucial para la carrera de Carlos»

Ya lo apuntaba en Levante-EMV un sabio como Pep Claramunt. «Marcelino debe ser para Soler lo que Di Stéfano fue para mí». Barber secunda la idea y no duda en que el extécnico del Villarreal puede impulsar su carrera, con 20 años: «Marcelino puede ser crucial para Carlos, le ayudará muchísimo. Se ha cruzado con él siendo muy joven y puede ser determinante para su carrera. Marcelino tiene una gran capacidad de convicción para trasladarte sus ideas. Ningún jugador puede decirte lo contrario. Hay muy pocos entrenadores que te den siempre una solución muy rápida para hacerle daño al rival. Yo se lo digo: «Carlos tiene que ser inteligente y ser una esponja que absorba los conocimientos de Marcelino». Tiene que aprovecharse de Marcelino. Lo que aprendes de Marcelino te acompaña toda tu carrera. Cuando pasas por sus manos, no solo te marca en el presente, sus enseñanzas son un hábito».

«Llevándolo a la banda, Marcelino ha convertido a Soler en un jugador imprevisible»

Uno de los movimientos estratégicos más sorprendentes de Marcelino ha sido el de ubicar a Soler, cuya posición ha basculado entre el mediocentro y la mediapunta, en banda. Una apuesta arriesgada resuelta en éxito, y sobre la que Barber encuentra argumentos: «Nos está sorprendiendo a todos. A Marcelino le gusta tener un equipo muy equilibrado basado en una idea colectiva, y desde esa base pensó que la mejor contribución de Carlos podría venir en banda. Lo ha convertido en imprevisible, porque te puede apurar la banda pero también aparecer por el medio, colocar un centro cuando nadie se lo espera o marcarse una jugada individual con una conducción larga. Le ha descubierto facetas y registros que nadie le había visto. Encara a los laterales con muchísimo convencimiento porque le ha visto velocidad. Si algún día vuelve al medio del campo, lo hará siendo mejor jugador».

La apuesta por la cantera es, también, premio al rendimiento «puro y duro»

Soler, Nacho Vidal, Nacho Gil, Lato o Ferran Torres son el ejemplo de que la apuesta por la cantera de Marcelino, crecido en una catedral de la formación como Mareo, no es de cara a la galería: «Las decisiones de Marce están determinadas por el trabajo diario y la competición, por lo que si demuestran su eficacia, les dije que el mister iba a contar con ellos. Requiere paciencia, porque se necesita una adaptación a su exigencia. Nunca va a mirar la edad, sino el rendimiento puro y duro de un jugador, que es lo que hará que compitas bien».

«La idea de Marcelino requiere de gran concentración y tensión prolongadas en el tiempo»

La imagen de Marcelino tiene un reverso en la leyenda que dice que es agotador cohabitar con él en un grupo de trabajo en el largo plazo. De ahí las asperezas puntuales con pesos pesados, o la frontera de proyectos que no rebasan los dos años y medio. Barber cree, desde su experiencia, que son episodios lógicos por la altísima exigencia del preparador: «Su idea y su método requieren de una gran concentración y tensión diarias, prolongadas en el tiempo», reconoce. «Estás expuesto a un rigor muy alto, algo lógico en un nivel de élite, y es lo que te acaba dando el rendimiento. Esa constancia sostenida en el tiempo no es sencilla, él es el primero que lo sabe. Yo me sentí cómodo porque entiendes que el éxito llega a través de ese rigor».

«Se privilegia el rigor y la dedicación al trabajo»

Nada más saber que Marcelino se haría cargo del Valencia, Barber abrió el álbum de recuerdos de su etapa en el Recre para saber cómo aconsejar a Soler, Vidal y Gil: «Mantuve sesiones personalizadas con cada uno de ellos. Conozco bien a Marce, tanto a nivel futbolístico como personal y hemos mantenido el contacto. Les hablé de su personalidad, de qué prioridades debían tener presentes. Fundamentalmente les dije que venía un entrenador con una idea muy clara, que fueran listos e inteligentes y que le hicieran llegar sus ganas de reivindicarse como futbolistas jóvenes con ambición». Barber repite una idea, la cultura de trabajo que se impone desde el primer minuto: «Yo venía del Conquense y a base de trabajo él vio mi ambición, mis ganas de prosperar en Segunda y me gané su confianza. Los valores que predica en el Valencia le han acompañado durante toda su carrera. Privilegia el rigor y la dedicación al trabajo. A mí me lo demostró y pude jugar 36 partidos seguidos y ascendimos».

El triunfo colectivo: «Tiene una idea marcada, si la sigues, notas que tu rendimiento aumenta»

En el Valencia de los 13 partidos invictos, Marcelino ha cultivado un microclima interno en el que ningún futbolista destaca como estrella y en el que se corrigen los puntuales excesos de temperamento, como pasó con las suplencias de Zaza o Neto en el derbi y Anoeta, respectivamente. Como sintetiza Barber, «la idea de Marcelino se basa en el triunfo de la colectividad». «Tiene una idea muy marcada y, si te acoplas a ella y la sigues, vas notando que tu rendimiento aumenta y te aporta una gran seguridad. Todo parte de la solidaridad y el compromiso que hay en el trabajo defensivo. Consigue con esa idea que toda la plantilla esté con él». La convicción de Marcelino en sus ideas despeja la mente del jugador y le resta presión. Te hace pensar menos y actúas de memoria, confirma Barber: «La seguridad de Marcelino libera a los jugadores. Un futbolista lo que quiere es que su entrenador lo ayude. En el Valencia ha puesto orden y sentido común. Si los buenos futbolistas están bien organizados, estás más cerca del éxito».

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