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El gen cazador de Zaza

El gen cazador de Zaza

No es pedir perdón, es sentir la culpa. Es el saber que algo se ha hecho mal y, a partir de ese instante, tratar de solucionarlo. De nada sirven las palabras vacías. Hay que ponerse a la faena. Llámenme tontorrona, pero después de una derrota yo quiero que mis jugadores se sientan como se sentía Zaza al finalizar el partido del Coliseum Alfonso Pérez. Me cuentan que el gesto de mirar a la grada y pedir perdón al millar de aficionados que se había hecho 370 kilómetros para ver el Getafe-Valencia CF no era un queda bien, sino que el delantero estaba realmente tocado tras sumar la primera derrota de la temporada.

Y ese es el camino para volver a ser un equipo campeón. Gen ganador. Lamentablemente y no hace muchos años, algunos futbolistas eran tan impermeables a las derrotas que para olvidar lo ocurrido sólo pensaban en pasar página cuanto antes. Y vaya si lo hacían. Además, no se equivoquen, cuando un jugador aparecía públicamente a pedir perdón tras una dolorosa o humillante derrota, en la mayoría de los casos, no lo hacía porque naciera de él sino porque el departamento de comunicación así se lo requería.

Por muchos motivos, a pesar de que algunos consideren a Zaza un jugador algo tribunero, ahora empiezo a entender la cabezonería de Prandelli cuando, ahora hace justo un año, se empeñó en querer fichar al italiano. Peleón y con carácter, bien llevado -y aquí Marcelino tiene mucho que hacer y decir- el delantero es de los que siempre pone la cara y contagia su ambición a todos los que le rodean. A pesar de que su rodilla está al límite, Simone lo quiere jugar todo y nunca se esconde. Pues, aunque sea para jugar a las chapas, así los quiero yo a todos.

PD. Ojo con caer en el victimismo para justificar las derrotas. Ese no es el camino.

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