Una sola parada en noventa minutos, al rechazar de forma magistral un remate en plancha de Iago Aspas, demostraron la importancia del brasileño Neto Murara para el Valencia, en el que se ha convertido en el «arma secreta» de su entrenador Marcelino García Toral.

Era el minuto 35 del Valencia-Celta y Neto casi no había intervenido hasta ese momento. Apenas tuvo que hacerlo después a pesar de que recibió un gol en la segunda y última llegada del rival. Su efectividad, que fue una de las claves del triunfo, ha marcado la trayectoria del equipo en este campeonato.

A estas alturas de la Liga, Neto considera que la de este sábado no fue la parada de su vida, pero sí una acción importante que contribuyó a la victoria del equipo. «Las paradas son consecuencia del trabajo que se realiza durante la semana», agregó tras la victoria por 2-1 ante el Celta el portero del Valencia, quien no se pone otro objetivo que seguir con el nivel de juego que mantiene al equipo en la segunda posición de la tabla.

Neto ha recibido catorce goles en Liga, a una media de menos de uno por partido, que bien pudieron ser quince si el árbitro hubiera visto que la pelota lanzada por Messi entró en su portería en el partido ante el Barcelona, tras el mayor error cometido por el meta hasta el momento. Nadie duda ni de que falló estrepitosamente en esa jugada, ni de que el balón rebasó la línea.

Sin embargo, su agilidad y capacidad de reacción le permitieron llegar al balón, sacarlo desde dentro y propiciar la equivocación del juez de línea y el árbitro. Neto, nacido en Araxa hace 28 años, fue uno de los primeros futbolistas que se incorporaron al proyecto valencianista.