Siete temporadas lleva Dani Parejo en el Valencia. Una trayectoria marcada por altibajos futbolísticos y emocionales de un futbolista de gran talento pero afectado también de una fina sensibilidad, que acusó en proyectos fallidos en los que notó que toda la exigencia recaía sobre él. Fue Valverde el primero que reconvirtió a un mediapunta de último pase en un centrocampista de mayor influencia, retrasándole su posición. Con Nuno recuperó gol y Marcelino le ha dado la batuta para ser un jugador a la cabeza de las estadísticas ofensivas y defensivas de los mediocampistas de la Liga. Entre medias, etapas de sombras, amagos de rebeldía, abdicaciones del brazalete. Pero incluso en los peores momentos, y así lo confirman todos los técnicos que han pasado por Mestalla, "nunca he dejado de pedir la pelota y buscar una solución".
