Mestalla despide el año a lo grande. Valencia-Villarreal, un clásico autonómico moderno con una rivalidad ya sólida, a la que en esta edición se añade la presencia, en el banquillo valencianista, de Marcelino García Toral, figura clave en el actual prestigio del club del Madrigal. Además, los tres puntos en juego son de una trascendencia tremenda. Si el Valencia vence el encuentro, aventajará en ocho puntos al Sevilla, quinto clasificado, y en trece al Villarreal. Una vez que las dos primeras derrotas en Getafe y Eibar han relajado el discurso de luchar por la Liga, se prestigia de nuevo la lucha, más realista, por entrar en Champions.

Será un «six-pointer game» en toda regla. «Si ganamos, les sacaremos trece puntos, que no es una ventaja definitiva pero que les dificultaría mucho cogernos. Deberíamos tener no un bache sino medio socavón. Sacar ocho puntos al Sevilla no sería determinante, pero sí muy importante», reconoció. Marcelino retiró al partido la carga sentimental de enfrentarse a su último ex equipo, al que cogió en Segunda y dejó en vísperas de una previa de Liga de Campeones, enfrentado con los pesos pesados del vestuario. «Por mis experiencias anteriores fue más especial el partido que jugaba contra un exequipo en su campo. Aquí lo afrontamos como un partido importante por la entidad rival y lo que supondría la victoria, pero especial será el de allí por el tiempo que estuve».

Preguntado por la evolución del Villarreal, respecto al molde de su época, Marcelino destacó que «el listón estaba bastante alto. A partir de ahí el cuerpo técnico y la plantilla se ha reforzado y el presupuesto del club va en aumento porque hay muy buena gestión». «Desde la llegada de Javi Calleja han recuperado la identidad perdida, los buenos resultados y el buen juego pese a tener bajas importante como la de Bruno y son un equipo muy competitivo. Tienen buenos centrocampistas, buena técnica, transiciones rápidas y delanteros con mucha movilidad y velocidad, súper eficaces», añadió.

Respecto a las dos últimas derrotas, Marcelino fue autocrítico, pero sin dramatismos: «Veo que el rival nos genera muy pocas ocasiones pero acierta y nosotros generamos algo similar, en algunos casos más que antes, pero no tenemos la misma efectividad. Quizás también nos ha faltado mayor continuidad en el juego».