T oni Aparicio, un currante del fútbol regional, soltó una de aquellas frases memorables en la sala de prensa después del 0-0 entre el Olímpic de Xàtiva, que dirigía, y el Real Madrid, el siete de diciembre de 2013, en un partido de Copa del Rey en La Murta. «Ahora, cuando me pregunten a quién le he empatado, diré: 'Al Real Madrid». La humorada sirve para caricaturizar a aquellos que van flotando sobre las aguas, hinchados de ego, sin haberle empatado a nadie. Las palabras de Rodrigo tras el empate de Copa ante Las Palmas («hemos de volver a la humildad del principio»), van en ese sentido. Ha habido elementos en torno al Valencia CF a quienes se les subieron las victorias a la cabeza. Apenas se les podía dirigir la palabra.
El equipo, como se vio en la primera parte ante Las Palmas, es de lo más vulgar sin el toque de clase de Parejo, Rodrigo y Guedes, y sin la fiereza competitiva de todos los demás. Parejo es el jugador más importante de la plantilla porque le da la personalidad al equipo, pero Guedes es el más determinante. El primero ofrece un estilo y el segundo, victorias. Los dos son insustituibles. Y sería un regalo generoso de Peter Lim a los aficionados de Mestalla si consiguiera fichar finalmente a Guedes para la próxima temporada.
Toni Lato es un ejemplo para el vestuario. Al chico de La Pobla de Vallbona, de 20 años, le temblaban las piernas de cansancio cuando recibió el pase de Guedes, alcanzó la línea de fondo y centró preciso para el gol de Rodrigo. No regatea ni un esfuerzo para ayudar a sus compañeros, como cuando jugó con el estómago revuelto frente al Madrid a principios de curso y le puso otro pase de gol a Carlos Soler. Le sale el fútbol por los poros: su padre, su madre (Tere), su tío Vicent Latorre, su otro tío Manolo Grueso... Marcelino lo adora por esa sencillez nada impostada. Y a poco que sume una treintena de partidos en Primera va a ser un lateral de entidad.
El técnico asturiano lleva con delicadeza la entrada en el primer equipo de otro de los mayores talentos de la cantera, Ferran Torres, pequeños pasos para cuidar su progresión. Es comprensible.
Sin embargo, en algún momento deberá lanzarlo al medio de la piscina. Si descontamos a los imponentes Guedes y Carlos Soler, ningún otro jugador se ha ganado la patente de cerrarle las puertas al extremo derecho de Foios. Ni siquiera Andreas Pereira, pese a venir avalado por el Manchester United, y por los tres millones de cesión pagados por el Valencia. Su peso en los partidos es cada vez más liviano.
El Valencia exige mucho a todos. Es tiempo de recuperar la humildad y de apostar por los futbolistas de mayor potencial.
