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Análisis

El Valencia encuentra la fórmula para detener la fuga de talentos

El club ha apelado al sentimiento de pertenencia y ha compensado su limitación económica con un plan deportivo ambicioso para retener promesas

El Valencia encuentra la fórmula para detener la fuga de talentos

Apelar al sentimiento de pertenencia de las promesas valencianas de casa; un plan deportivo ambicioso que compense las limitaciones económicas frente al poder financiero en las academias encabezado por el Manchester City; así como la intervención directiva de Mateu Alemany y la vía creíble de acceso al primer equipo instaurada con el aterrizaje de Marcelino García Toral. El último ejemplo es el del delantero catalán Jordi Escobar, sub’17, que se quedará hasta el 2021. De esa manera está frenando el Valencia la fuga de talentos que en los últimos años empezaba a proliferar en las categorías inferiores, y que ha tenido dos casos representativos en las figuras de Toni Martínez y Nabil.

A Rafa Mir no se le ha llegado a retener, pero se ha conseguido un importante rédito económico (los 2 millones pagados por el Wolverhampton), sobre un futbolista que desde año nuevo ya era agente libre y podría haberse marchado gratis en junio.

En los últimos años, y con anterioridad a la llegada de José Ramón Alesanco a la dirección de la escuela, el Valencia no logró atar la continuidad de algunos de los jugadores que más despuntaban. La desconfianza generada por las convulsiones societarias del club tampoco ayudó. Nombres como los de los hermanos Llario, que recalaron en el Real Madrid, al igual que Víctor Chust; Abel Ruiz, que se marchó al FC Barcelona, como Álex Blanco, hijo de Tito, director deportivo del Levante UD, que acabó regresando a Paterna con Alesanco. El caso de Toni Martínez, firmado por el West Ham, fue uno de los que más impactaron. Las razones no fueron solo económicas sino también deportivas, al firmarle el año que subía al Mestalla a otros dos delanteros como Cedric y Arango. Por lo que se refiere a Nabil, el Valencia poco pudo hacer ante el magnetismo del proyecto del Manchester City, que tentó al surcoreano Kangin Lee, otra de las grandes perlas.

El paradigma de Carlos Soler

Con la llegada de Mateu Alemany a la dirección general, hacía falta un caso paradigmático que cambiara la tendencia, y ocurrió con Carlos Soler, renovado en dos ocasiones y cuya llegada al primer equipo, con la de Nacho Vidal, Nacho Gil y Toni Lato, ha reactivado el optimismo de los canteranos para alcanzar la elite. Un éxito favorecido por la cultura de cantera de que se han añadido los de los dos subcampeones del mundo sub’17, Ferran Torres y Hugo Guillamón. En el caso del extremo de Foios, se le ha dado ficha del primer equipo en una apuesta arriesgada, pero necesaria para garantizar su continuidad. A nivel directivo, Alemany ha movido hilos para firmar un pacto tácito de no agresión con el Barcelona y el Real Madrid.

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