Martes, 21:30 horas, en plena resaca navideña, de vuelta a la rutina, con un resultado ligeramente favorable en la ida y contra un rival que no es taquillero y que está más ocupado en sus urgencias ligueras.

Probablemente el marketing previo al encuentro de esta noche contra Las Palmas no sea el más apetitoso para el aficionado, pero Marcelino García Toral se rebelaba ayer contra esa postal fría con una declaración de intenciones: «Si ganamos a Las Palmas, tendremos a cuatro partidos la posibilidad de disputar una final».

«Siempre nos gusta tener un campo con el máximo público posible y el máximo apoyo. Es el mes de enero, una hora difícil, pero el partido no va a ser fácil. Ganar supondría estar a cuatro partidos de una final. No consideramos que esté la eliminatoria decidida. Allí no ganamos, estamos obligados a vencer y no encajar goles», añadía ayer Marcelino.

El Valencia aguarda el partido tranquilo, con la posibilidad de apartar la mirada de la Liga después de un fin de semana redondo, con el reencuentro con el triunfo ante el Girona y las derrotas en cadena de todos los perseguidores.

Aún así, Marcelino no era partidario de pensar solo en la Copa: «Ocho puntos no me parecen definitivos. Son situaciones muy favorables, que hubiésemos firmado al inicio de Liga, pero no decisivas. Estamos hablando de Villarreal y Sevilla, de plantillas con fondo de armario muy considerable. De los próximos cuatro partidos, tres serán fuera, jugaremos ante Real Madrid y Atlético, no podemos darle más importancia a la Copa que a la Liga».

La alineación valencianista tendrá las variaciones obligadas por la congestión del calendario, aunque es probable que Marcelino mantenga a alguno de los tres futbolistas (Rodrigo, Parejo o Guedes), que no salieron de inicio en Gran Canaria y sin los que el equipo acusó un bajón de juego: «No vamos a pensar en el resultado que obtuvimos allí. Jugaremos 90 minutos con idea de ganar, contra un rival de Primera».