Fueron décimas de segundo, pero su instinto de madre hizo que salvara la vida de su bebé de nueve meses antes de que un pesado portón del estadio de Mestalla les aplastara a ambos.

«Escuché un ruido y enseguida empujé el carro, fue todo muy rápido, no sé ni cómo me di cuenta de lo que iba a pasar», reconoce Fuensanta, la joven de 25 años gravemente herida tras la caída accidental de dicha puerta corredera de acceso de vehículos el pasado viernes.

Aunque no puede contener las lágrimas al hablar de su estado y pensar en la lesión medular que sufre, asegura que se queda con lo positivo y es que su hijo pequeño salió ileso. «Salvé a mi hijo y eso es lo importante, yo no pierdo la esperanza de volver a caminar», afirma la joven mientras se recupera en el Hospital La Fe de València.

Hoy la tienen que operar de nuevo de la fractura en el húmero, pero su mayor preocupación es recuperar con el tiempo y una buena rehabilitación la movilidad de las piernas. «Le han estado haciendo pruebas, pero va todo muy despacio», explica su hermana. Además la joven sufrió un hematoma en el hígado y luxación de cadera.

Respecto a si va a denunciar al Valencia CF por la negligencia de no tener bien anclada la puerta al suelo, Fuensanta prefiere no pronunciarse. «No lo sé, mi cuñado es el que lo está mirando todo, yo lo que quiero es salir de ésta y volver a salir a pasear con mis hijos», remarca sin perder la esperanza.

La mañana del accidente iba precisamente a sacar el pase de temporada para su hijo de seis años como regalo de Reyes. «Llevaba un montón de tiempo pidiéndolo, pero no llegué a las taquillas», explica emocionándose cada vez que recuerda el momento de la caída.

Fuensanta iba esa mañana con su bebé de nueve meses, mientras que su otro hijo se quedó con un familiar para darle la sorpresa. «Cuando iba a pasar junto a la puerta vi que había un camión y no me dio buena espina, incluso le pregunté a un trabajador vestido de amarillo si podía pasar y me dijo que sí», recuerda la joven. La puerta cayó a plomo y quedó apoyada sobre las ruedas del carro, «por eso no me aplastó».

Sobre si el viento influyó en el accidente la víctima lo tiene claro: «Del aire no fue. La puerta no tenía topes y se salió de la guía, por eso se cayó a plomo», argumenta la joven, quien agradece la labor que están haciendo los facultativos de la Fe, así como de una médico que pasaba por el lugar y la atendió en un primer momento mientras otra chica se hacía cargo de su bebé.