El Valencia CF le dio la vuelta ayer a un partido que se le complicó cuando el Alavés se puso por delante en el marcador, y logró un 2-1 final que deja abierta la eliminatoria de Copa para la vuelta. Ayer, hubo un tiempo para cada equipo, y fue lógico que Marcelino estuviera molesto. Estas son las claves del encuentro:
Un primer tiempo para olvidar
El Valencia realizó una floja primera mitad que casi le cuesta muy cara. El Alavés avisó de sus intenciones tras dos claras ocasiones, Sobrino y Hernán Pérez, y los de Abelardo fueron superiores en líneas generales pese a que el entrenador presentó un once que no era el titular. El Valencia nunca encontró el modo y la manera de enlazar juego ante un rival muy bien posicionado en defensa y que se cerraba desde el orden y la organización. A Parejo, muy presionado en todo momento, le faltaba meter una velocidad más al choque y algo de ritmo, Kondogbia tenía tres rivales encima, y el peligro local llegaba más con disparos desde fuera del área como el de Guedes, o en acciones de estrategia en las que Paulista subía a rematar, antes que desde la posesión. Ni Zaza ni Vietto estuvieron bien. Lo mejor fue llegar con empate al descanso.
Rodrigo y Mina deciden
En la segunda parte, el Valencia mejoró. Y la decoración cambió por completo. Marcelino supo leer el partido, con la entrada de Rodrigo, y el equipo se fue hacia arriba. Los cambios le dieron alas. El Alavés hizo lo que no logró en el primer tiempo, adelantarse en el marcador por medio de Sobrino, un golazo, pero el Valencia ya estaba a otra velocidad. La expulsión de Dieguez, y la mayor movilidad de Mina arriba acabaron por sentenciar el partido. De un preciso del gallego llegó el gol de Rodrigo que le da una ligera ventaja al Valencia para el encuentro de vuelta.
