Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Valencia por fin quiere escribir sus propias fechas

El Valencia por fin quiere escribir sus propias fechas

Nos hemos tirado década y media manoseando fechas que ya no nos pertenecen. Cuando despertamos, no habíamos escrito una fecha nueva en años y años. Fechas de esas que recuerdas. Qué estabas haciendo la noche del 3-4 en el Camp Nou? Pues viendo ese 3-4.

Las fechas trinitarias que han ido componiendo nuestro presente, con voluntad de recuperar el pasado, han sido esa remontada contra Van Gaal, la velada catártica que volvió a demostrarnos que el Valencia alcanza lo improbable, una cita traída casi cada vez que el equipo, en estos años, remontaba un partido perdido y se intuía un punto de inflexión que jamás llegaría; la remontada en el nevado Montjuïc es la segunda efeméride perseguida con anhelo e imitación, el grado máximo de fe puesto en partidos que tras darse la vuelta sospechábamos que iban a hacer crecer un proyecto? pero tampoco así; y la tarde de Málaga, la de Ayala y Fabio Aurelio, la de la Liga mayúscula, como la Ítaca moderna.

Hacer memoria propia es sano, reconfortante y ya nos hacía falta, pero la sobreestimulación de las fechas pasadas, confundida tantas veces con vivir en un tiempo prestado que ya no tiene que volver, ha dificultado la aparición de nuevos Valencia dispuestos a iniciar su camino.

Es un momento rico y clave el que estamos viviendo. A pesar de algunos conatos iniciales de nostalgia, creyendo que este grupo tenía un estilo neobenítez, por primera vez en mucho tiempo no pasamos la actualidad por el filtro de lo ya vivido. Hay una conciencia grupal, casi generacional, dispuesta a escribir nuevas fechas, fechas propias. Voluntad y rumores de ciclo recién comenzado.

El comportamiento del entorno tras cada partido denota un cuidado paternofilial por el equipo. Una exigencia comprensiva, un afecto intenso, toques de atención incluso tras las victorias. Sospechamos que hay una posibilidad real de hacer cosas importantes, esto es, de competir sin remilgos. Sabemos también de la fragilidad del proyecto, de sus carencias. Hay toda una generación deseosa de protagonizar por primera vez sus citas, de vivir en primera persona aquello con lo que sus mayores han estado dando la lata desde hace tres lustros.

Compartir el artículo

stats