Ganar al Real Madrid esta tarde en Mestalla dará la convicción necesaria al Valencia para saber que tiene posibilidades reales de poder tumbar al Barcelona en la Copa del Rey. Ese es el pensamiento extendido en el equipo blanquinegro, que hoy inicia un tramo de calendario de semana y media con una exigencia casi sin precedentes, midiéndose sin tregua a tres de los conjuntos más importantes del continente. No hay miedo. El actual Valencia se siente cómodo en citas de envergadura, que no tanto cuando recae sobre sus espaldas la presión del favorito.

El primer turno es para el Madrid, que presenta la apariencia de un célebre boxeador en horas bajas. No es el de siempre, pero un solo chispazo de talento basta para tumbar a cualquier púgil. Marcelino García Toral analizaba ayer a un rival «irregular en su funcionamiento colectivo» pero con un contundencia individual letal: «Hace una semana ganó 7-1 al Deportivo, el otro día hicieron cambios y quedaron eliminados en Copa. Puede estar en una etapa de confusión, pero tiene un grandísimo potencial, tiene jugadores irregulares a nivel colectivo, pero a nivel individual siempre hay que tenerlos en cuenta, el nivel de exigencia es máximo. El hecho de que no esté a su nivel no significa que sea un partido pueda estar a gran nivel».

Marcelino, como en cada comparecencia, resaltó el papel fundamental de Mestalla, sobre todo decisivo en la visita de equipos tan poderosos. «Siempre es un partido especial. Los jugadores se ven protegidos en su estadio y vamos a intentar con nuestro rendimiento aunar esa comunión existente entre equipo y afición». El técnico valencianista tuvo palabras elogiosas hacia Zidane, «es injusto que esté cuestionado tras ganar 8 títulos en dos años». Marcelino confirmó la información del lunes de Levante-EMV por la que Coquelin acompañará a Garay en la línea de centrales. Carlos Soler, un jugador que aporta siempre luz, vuelve a la convocatoria, tras cinco semanas de baja. En el Madrid, los problemas aumentan con las lesiones de Isco y Ramos.