La ilusión infantil y contagiosa de Zaza marcó la primera vuelta idílica del Valencia, con el entrenador enamorado de sus jugadores, estos del técnico y Mestalla de todos ellos. De la misma manera, la destemplanza del delantero italiano en las últimas jornadas, con entradas y salidas del once, ha coincidido con los vaivenes del equipo y el pimer desencanto. Zaza ha sido el termómetro emocional.
Acechado por las bajas, el VCF precisa recuperar más que nunca el torrente de energía del delantero italiano y ese optimismo primitivo ante el gol.
El de esta noche en el Camp Nou, es un partido difícil para él o para cualquier otro delantero: el Barça te obliga a jugar muy lejos de la portería contraria. Pero también es clave mantener la amenaza sobre la meta de Cillesen para frenar la avalancha culé. Los puntas deben ser, además de solidarios, precisos en las contras y en los remates.
La premisa para el Valencia es jugar sin complejos en el Camp Nou porque, en caso contrario, no hay opciones. El Barça también teme al cuadro de Marcelino y no solo por el partido de la Liga en Mestalla (1-1) en Mestalla, sino también por la tradición de un rival siempre incómodo con la excepción del infausto recuerdo de Gary Neville de hace un par de años.
Aun con las importantes bajas, Marcelino dispone de jugadores para formar un equipo competitivo. El capitán Parejo, escoltado esta vez por dos valores seguros como Coquellin y por Carlos Soler, aspira a convencer a los más jóvenes de que están preparados para dar la cara. Y otro tanto puede decirse de José Luis Gayà, cada vez más persuadido de su liderazgo.
Los 500 aficionados desplazados a Barcelona, en una fría noche invernal de febrero, esperan una actuación soberbia del portero del pueblo, Jaume Doménech, y de dos centrales tan abnegados como Gabriel Paulista y Vezo. Uno se hace futbolista para jugar partidos como este. De ahí la ilusión de Ferran Torres, reclutado a última hora para estrenar el dorsal 20 con el VCF. Y quién sabe si sere protagonista en en una noche memorable dedicada, sobre todo, a los 500 héroes valencianistas en el Camp Nou.
