«Le pido a la afición del Valencia que nos ayude a defender». Remontar la semifinal contra el Barcelona es posible desde una premisa irrenunciable para Marcelino: perfeccionar el arte de defender y saber sufrir contra un rival más fuerte e indudablemente favorito. El técnico del Valencia quiso dejar claro ayer que la posibilidad de tumbar al gigante azulgrana liderado por Leo Messi pasa por asumir la realista perspectiva de que «será un equipo que nos someterá durante muchas fases» de un encuentro «tremendamente largo».

Por este motivo, que pocos espectadores se hagan a la idea de un Valencia abonado a la heroica desde el primer minuto. La final está a un gol de distancia y a 90 minutos de tiempo. El duelo tendrá una evolución parecida a la de los dos precedentes de esta campaña, en Liga y Copa. Un primer tiempo de control, de cerrar los espacios al Barça y llegar con vida a la segunda mitad, aumentando la agresividad en ataque. Ese plan casi dio para ganar el partido de Liga y sirvió para salir airoso del Camp Nou en la vuelta.

Mestalla se reserva para esa recta final una dosis de «Vitamina G». Gonçalo Guedes se ha colado en la convocatoria pero Marcelino avanzó que no está en condiciones físicas para salir de inicio. Las reservas de velocidad explosiva del extremo portugués se reservan para agitar el final de fiesta.

El molde táctico está claro y la motivación viene sola. El único aspecto que inquieta a Marcelino es que su equipo caiga en la ansiedad «de pecar de exceso». «No hay que caer en una sobreactivación, que lo emocional no pueda a la inteligencia. Corazón, por supuesto, pero con la cabeza siempre presente. Si tenemos la activación adecuada vamos a generar muchas dificultades al Barça. El partido me puede decir lo contrario pero a los jugadores se les ve en la cara la positividad y el convencimiento. Me da mucha tranquilidad y me convence», añadía el preparador asturiano.

La suplencia de Messi en el último partido de Liga del Barça ante el Espanyol es interpretada por Marcelino como una «señal de respeto» por parte del rival. Por lo demás, el técnico apela a la honestidad competitiva extrema de su equipo, por encima de los resultados, para que la hinchada crea en la clasificación: «Los jugadores pueden jugar un partido mejor o peor pero no se dejan ir, compiten, se esfuerzan, trabajan e intentan ganar. Lo que han ofrecido estos jugadores es un argumento suficiente para que la gente crea, lo van a dar todo».

Solo Pereira y Murillo siguen lesionados. Coquelin descansó contra el Atlético y podría caer a banda para formar un centro del campo de acero con el francés desplazado a banda, Parejo y Kondogbia en el medio, y Soler en el otro extremo. La duda en el once del Barcelona es la presencia de Piqué, su puntal defensivo.