Santi Mina y Simone Zaza prescinden de la mayor parte de las virtudes que acompañan a un delantero para centrarse solamente en un argumento: el acierto de cara al gol. Los niveles de eficacia de cara a portería de los dos atacantes del Valencia son notables, rozando la excelencia. En contraste, en otros aspectos del juego, como la efectividad en el pase, la capacidad para encarar y habilitar a compañeros en el remate, sus registros son de aprobado justo o llegan a caer en el suspenso.

Marcelino García Toral ha sabido sacar el máximo provecho a dos delanteros de características muy concretas. Basándose en el estudio del Observatorio futbolístico suizo CIES, que calcula el rendimiento global de los jugadores de las cinco principales ligas europeas (España, Inglaterra, Alemania y Francia) a partir de las estadísticas de Opta, la puntería de Zaza de cara a portería está catalogada en un 82 sobre 100, mientras que la puntuación de Mina se sitúa en un 75 sobre 100.

Los casos del futbolista gallego y del italiano representan dos distintos ejemplos de efectividad. Mientras que Santi Mina lleva 12 goles (9 en Liga, 3 en Copa) explotando al máximo los minutos jugados, entrando trece veces desde el banquillo, Zaza acumula 200 minutos más de juego pero saca provecho de las veces que dispara a puerta. A pesar de que Zaza acumula dos meses sin marcar, desde que no lograra rebasar el récord histórico de Mundo de jornadas seguidas viendo puerta, el registro demuestra que en la sequía anotadora del exjuventino interviene el hecho de que, sobre todo, ha dejado de chutar, más que de fallar ocasiones.

El mérito de Marcelino

Ni Mina ni Zaza encaraban la temporada con una perspectiva goleadora idílica, viniendo de una campaña complicada. No obstante, Marcelino intuyó desde el inicio de la pretemporada que la delantera, Rodrigo añadido, tenía un potencial por explotar y que era más prioritario concentrar la inversión de mercado en posiciones como los centrales, mediocentros, extremos y portería. Solo en invierno se reclutó a Vietto. Con el esquema del 4-4-2, el técnico asturiano ha sabido adaptar el estilo de Zaza y Mina para que sus funciones se centren en la definición. El alto promedio de asistencias desde los extremos con Carlos Soler y Guedes, así como la libertad de movimientos de Rodrigo en ataque, han facilitado la tarea de los arietes. Por otro lado, la tendencia del equipo de llegar a posiciones de remate con un mínimo de tres efectivos aumenta las posibilidades de remate. En la primera media temporada, el Valencia pomedió casi tres goles por partido con un nivel de eficiencia de un gol cada tres disparos a puerta. En los otros apartados, Zaza y Mina presentan registros más discretos. En la eficacia en el pase Zaza se sitúa en una incidencia 19/100 y Mina en 47 sobre 100. En habilidad para encarar, 28/100 y 55/100, y un 45/100 y 46/100 en habilitar a compañeros para el remate.