La Rosaleda es el estadio que determinará si el Valencia confirma el cambio de tendencia iniciado en la accidentada victoria en el derbi contra el Levante UD. Es el momento de volver a tomar impulso clasificatorio, superados ya los rigores de un invierno duro, con partidos intersemanales que han supuesto «un fuerte desgaste físico y mental», según Marcelino. Una semana de entrenamientos limpia, jugadores descansados, Jeison Murillo por primera vez en una convocatoria después de tres meses de lesión y un escenario propicio. El Málaga es colista, con solo 13 puntos, no gana en casa desde noviembre y hace cinco partidos que no logra marcar ni un solo gol en su estadio.

Todo acompaña, pero Marcelino refuerza las cautelas porque no olvida los tropiezos en las visitas a Eibar, Getafe o Las Palmas, en las que el viento soplaba a favor de los blanquinegros. El técnico recordaba ayer que las últimas derrotas de los malagueños fueron por resultados muy ajustados y peleados, ante Atlético y Las Palmas. «No pienso que lo sucedido anteriormente tenga trascendencia en estos 90 minutos. Las dinámicas largas son por algo, pero nos planteamos el partido con el máximo respeto. Sus últimos resultados fueron apretados, ha puesto a sus rivales en dificultades. Sabemos que el Málaga ha cambiado su estilo, ha cambiado 16 jugadores, el entrenador, son muchos cambios, están buscando algo diferente, juegan de forma diferente y hay que adaptarse a eso y ser solventes para intentar ganar el partido».

Por contra, la inoperancia del Málaga en ataque contrasta con la inseguridad defensiva que ha manifestado en las últimas jornadas un Valencia incapaz de dejar su puerta a cero. Para Marcelino no hay casualidades cuando se le recuerda que la mayor parte de los goles han venido desde centros laterales: «Creo poco en la mala suerte, si nos meten más goles de una forma que de otra es porque no somos lo suficientemente solventes lo que hay que hacer es trabajar para resolverlas. Es evidente que nos preocupa encajar tantos goles. No tengo claro que hayamos perdido eficacia defensiva, hay que intentar ser más solventes y encajar menos goles en lo que resta de competición. Todos tenemos claro que es un problema que tenemos que subsanar», reconocía.

Marcelino no varía su discurso simeonista de ir partido a partido: «Ganar al Málaga es la única cuenta que eché», asegura con vehemencia. Ni siquiera el hecho de que los rivales directos continúen con su desgaste intersemanal por las competiciones europeas, baja la guardia del «mister»: «Todo pasa por ganar nosotros, tenemos un partido a la semana, hay que intentar ganarlo como en la primera parte de la temporada, nos hubiera gustado estar en Europa y es por lo que tiene que luchar el Valencia. En enero el Villarreal no jugó Copa, el Madrid también se quedó eliminado, hay que centrarnos en nuestro trabajo y saber que quedan 15 jornadas, que estamos en una extraordinaria situación y cualquier victoria es un paso más grande para definirnos y afianzar la posición que tenemos».

El liviano calendario no implica necesariamente que baje el ritmo de rotaciones, en opinión del técnico: «Intentaremos poner en cada partido los jugadores cuya suma de nivel competitivo y nivel de entrenamiento, más el análisis del rival, nos garantice luchar por la victoria. No suelo colocar el peto de titular los lunes», sentenció Marcelino.