Vicent Piquer Mora, fallecido ayer a los 83 años, fue uno de esos tipos humildes y callados que desde la cantera se asomaron al primer equipo para pasear con garbo el nombre del Valencia CF por Europa. En el equipo que se estrenó victorioso en las competiciones internacionales, Piquer era un lateral fijo en las alineaciones.

La Copa de Ferias de la campaña 1961-62 se ganó sin perder un solo partido, goleando al Nottingham Forest en City Ground, eliminando al Inter de Helenio Herrera con un recibimiento apoteósico en la Estación del Norte, endosando siete goles en Budapest al MTK, el equipo de la policía secreta de Hungría, o sentenciando al Barcelona en la final con un 6-2 en la ida. El campeón repitió título en 1963 eliminando a toda la representación escocesa en pleno invierno (Celtic, Dumferline, Hibernian), al Roma en semifinales y al Dinamo de Zagreb en la final. Solo un arbitraje polémico en el Camp Nou del portugués Fernandes de Campos evitó el triplete en 1964, en una final que no disputó Piquer.

Quienes le vieron jugar, como documenta Joaquín Borrell en «Todos los hombres del murciélago», hablan de un marcador pegajoso, «el lateral que más veces y mejor secó al madridista Gento durante casi una década». Entre 1956 y 1965 disputó 270 partidos con el Valencia.

Ya retirado, como entrenador dirigió al Albacete, Vinarós, Levante UD, UD Alzira, Vall d'Uixó, Nules, Teruel, Requena, entre otros equipos. Y siguió desplegando valencianismo como presidente de la Asociación de Veteranos del club, y en largas tertulias en la plaza del Doctor Collado. El entierro tendrá lugar hoy en su localidad natal, Algar de Palancia.