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Un Valencia respetado

Un Valencia respetado

Decía Marcelino el jueves en sala de prensa -trataré de ser eufemístico- que no le daba demasiada importancia a la posibilidad real de conseguir el récord de puntos que ostentan el Valencia entrenado por Rafa Benítez en la temporada 2003/04 y el de Nuno en la 2014/15. Tampoco pareció especialmente fascinado ante la opción de soñar con algo más que acabar en cuarta posición. Hasta cierto punto es comprensible.

Venimos de dos años horrendos y muchos -la mayoría, creo- hubiéramos firmado que esta misma plantilla acabara en zona Europa League. También Marcelino, seguramente. Tendría poco sentido meternos ahora en el lodazal de la pelea por la segunda posición con Atlético y Real Madrid. A ver si, en el caso muy probable de no alcanzar a ambos, todavía nos sabe a poco ser cuartos en discordia. Que de todo hay en la viña del señor.

La temporada de este Valencia disparado hacia la próxima edición de la Champions League es brillante y para enmarcar. Independientemente de los puntos con los que llegue al mes de mayo. Y lo es sobre todo porque Marcelino ha edificado un equipo con ADN muy reconocible. Rasgos todos ellos que el grupo puso de manifiesto en Butarque. Compromiso inquebrantable, gran capacidad de trabajo, minimizar los errores defensivos - Gayà inconmensurable en los dichosos envíos laterales- y eficacia arriba. Para este último apartado la zurda de Rodrigo es gloria bendita. Si no va al Mundial de Rusia, la injusticia de Lopetegui será comparable a aquella de Iñaki Sáez con Mista tras su temporadón en el doblete.

Los récords pueden ser chorradas de la prensa y/o el entorno. Y, teniendo en cuenta que el cuarto ya no juega previa, es menos importante que hace unos años acabar segundo o tercero. Aunque desde el punto de vista económico hay 4'4 millones en juego. Pero lo que sí es esencial, además de meterse en Champions, es lo que Marcelino García Toral, su cuerpo técnico y su vestuario han conseguido en un puñado de meses. Recuperar el respeto para el escudo, el respeto para el murciélago. El Valencia vuelve a ser un rival temible, como evidencia el cambio táctico que introdujo ayer Garitano para tratar de frenar el juego combinativo valencianista.

La Champions llegará antes o después. El equipo se quedará en 70 o llegará a 80 puntos. Pero vuelve a ser respetado. Así regresa a Europa. Por la puerta grande. Con absoluto merecimiento.

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