El Valencia afronta una semana clave para su futuro deportivo. El próximo domingo, sin más demora, el equipo de Marcelino García Toral debe rematar la clasificación para la Liga de Campeones. Los blanquinegros, después de haber sumado un solo punto de los últimos nueve, recibirán el domingo a un Eibar que no se juega nada. Ni sufrimientos por mantener la categoría ni alicientes por entrar en Europa. Con independencia de lo que haga el Betis, un triunfo dejaría el objetivo muy encarrilado.

La clasificación directa para la Liga de Campeones garantiza un mínimo de 40 millones de euros en el apartado de competiciones deportivas, incluso en el caso de que el cuadro valencianista no pasase la fase de grupos a octavos de final. Además, la máxima competición continental ayuda a recuperar el prestigio deportivo perdido en los dos últimos años.

La configuración de un proyecto Champions competente pasa por las reuniones que se prolongarán esta semana, aprovechando la estancia de Peter Lim en Europa.

El máximo accionista del club, como informaba Superdeporte, tiene previsto volver esta semana a Valencia, después de un periplo que le ha llevado desde Oporto, bastión operativo de Jorge Mendes, a Manchester y también a Milán, donde aterrizó ayer según informó La 97.7 Radio Levante.

Cabe recordar que el Valencia mantiene abiertos con el Inter los frentes de Geoffrey Kondogbia, del que se ejecutará la cláusula de compra por 25 millones, así como la venta definitiva de Cancelo, un acuerdo de 35 millones que pende de la previsión de ingresos nerazzurra de entrar en Liga de Campeones.

La pasada semana tuvo lugar la primera ronda de reuniones de Lim con Anil Murthy, Mateu Alemany y Pablo Longoria. Quedó pendiente, por la jornada intersemanal, que el dueño del club saludase a Marcelino.

Como se recordará, los ejecutivos valencianistas le pidieron al máximo accionista del club que no traspasase a Rodrigo Moreno, que se ha convertido por derecho propio en una de las los iconos del proyecto blanquinegro. El futuro del delantero hispano-brasileño es una de las cuestiones capitales que se tiene que tratar esta semana y que condicionará la confección de una plantilla que se quiere que sea ambiciosa para competir con garantías por la Liga de Campeones.

Los goles de Rodrigo y su presencia segura en el Mundial de Rusia han multiplicado su valor de mercado y es muy probable que lleguen ofrecimientos por valor de 60 e incluso 80 millones de euros, si la Premier League interviene para inflar la subasta. La tesitura es complicada para el Valencia. Por un lado, la continuidad de Rodrigo garantizaría que se queda un futbolista crucial en los planes deportivos, pero también uno de los líderes del vestuario, capitán y una de las proyecciones del propio Marcelino sobre el terreno de juego.

Por otro lado, una venta millonaria aliviaría las obligaciones financieras del club y aportaría dinero fresco para acudir al mercado con garantías.